indexcomunicación | nº 13(2) 2023 | Páginas 173-199

E-ISSN: 2174-1859 | ISSN: 2444-3239 | Depósito Legal: M-19965-2015

Recibido el 24_096_2022 | Aceptado el 20_02_2023 | Publicado el 15_07_2023

 

 

AGENDA SETTING Y ETNOMETODOLOGÍA. SU COMPLEMENTACIÓN EN UN ESTUDIO DE LA AGENDA PÚBLICA LOCAL

 

ESTABLISHMENT OF AGENDA AND ETHNOMETHODOLOGY. IT’S COMPLEMENTATION IN A STUDY OF THE LOCAL PUBLIC AGENDA

 

https://doi.org/10.33732/ixc/13/02Agenda

 

 

 

Yánder Castillo Salina

Universidad de Oriente

yandercastillosalina@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-4149-5620

 

Viviana Muñiz Zúñiga

Universidad de Oriente

vivita@uo.edu.cu

https://orcid.org/0000-0001-8476-4136

 

Darling Esmeralda Legrá Tisertt

Emisora Radio Mambí

darlynlegra@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-3859-576X

 

 

 

A black and white sign with a person in a circle

Description automatically generatedPara citar este trabajo: Castillo Salina, Y., Muñiz Zúñiga, V. y Legrá Tisertt, D.E. (2023). Agenda Setting y etnometodología. Su complementación en un estudio de la agenda pública local. index.comunicación, 13(2), 173-199. https://doi.org/10.33732/ixc/13/02Agenda

 

 

Resumen: El artículo determina carencias de la Teoría de la Agenda Setting que no contribuyen a la apropiación compleja de la formación de la agenda pública en el marco de lo social. Para mayor profundización se propuso su triangulación con el enfoque etnometodológico, a fin de ahondar en el fenómeno desde las dialécticas de la vida cotidiana de la localidad de El Caney (Santiago de Cuba, Cuba). El diseño metodológico fue cualitativo, aunque se triangularon datos provenientes de la tradición cuantitativa. Las técnicas aplicadas fueron: observación participante, grupos focales, cuestionarios y coeficiente rho Spearman. Los resultados muestran una agenda pública materialista, crónica y experiencial, que se construye a partir de prácticas sociales asentadas históricamente en la localidad. Estas prácticas son métodos institucionalizados por los sujetos para su desarrollo cotidiano a partir de reglas y normas preestablecidas que le otorgan sentido al fenómeno. La estrategia epistémica y metodológica seguida por el estudio de caso demostró ser factible para profundizar en la agenda pública como hecho social y humano (socio-antropológico) y trascender las limitaciones mediocéntricas, positivistas y descontextualizadas que se han criticado a la Agenda Setting.

 

Palabras clave: Teoría de la Agenda Setting; agenda; vida cotidiana; agenda pública; etnometodología; epistemología.

 

Abstract: The article determines shortcomings of the Agenda Setting Theory that do not contribute to the complex appropriation of the formation of the public agenda within the social framework. For further study, its triangulation with the ethnomethodological approach was proposed, in order to delve into the phenomenon from the dialectics of daily life in the town of El Caney (Santiago de Cuba, Cuba). The methodological design was qualitative, although data from the quantitative tradition were triangulated. The applied techniques were: participant observation, focus groups, questionnaires and Spearman rho coefficient. The results show a materialistic, chronic and experiential public agenda, which is built from social practices historically established in the locality. These practices are methods institutionalized by the subjects for their daily development based on pre-established rules and norms that give meaning to the phenomenon. The epistemic and methodological strategy followed by the case study proved to be feasible to delve into the public agenda as a social and human fact (socio-anthropological) and transcend the mediocentric, positivist and decontextualized limitations that Agenda Setting has been criticized for.

Keywords: Agenda Setting Theory; Agenda; Daily Life; Public Agenda; Ethnomethodology; Epistemology.


1.   Introducción

La formación de la agenda pública constituye un objeto de estudio complejo ante la multiplicidad de factores que intervienen en la selección de los temas a los que la ciudadanía presta atención. La Teoría de la Agenda Setting se posiciona en este campo científico, logrando determinar el papel de primer orden de la comunicación masiva sobre la construcción social de la realidad (McCombs, 2006).

A pesar de las importantes contribuciones de esta teoría a las ciencias sociales, revisiones críticas que han ahondado en sus estructuras epistemológicas constitutivas (tesis, paradigmas, postulados, metodologías) y no solo en su expansión teórica (Dader, 1991; Charron, 1995; Castillo, Muñiz y Martínez, 2021) coinciden en que para una mayor comprensión de la agenda pública resulta imprescindible prestar atención a aspectos medulares de carácter socio-antropológico, que hasta el momento no calan entre las principales líneas del debate sobre la perspectiva.

Entre ellos pueden señalarse la eficacia de las metodologías positivistas para la apropiación de la complejidad social; la falta de contextualización de los postulados teóricos a los escenarios de estudio y sus características políticas, económicas y culturales; los sesgos que acarrean concepciones como el mediacentrismo y el funcionalismo –que predisponen la comprensión del proceso a la observación de efectos mediáticos sobre las audiencias- y la persistencia de un modelo de construcción del conocimiento caracterizado por la adición de campos y variables, aunque sin incorporar la revisión crítica sistemática de sus estructuras epistemológicas constitutivas, que es donde se originan la mayoría de estas problemáticas.

Las limitaciones comentadas se reproducen en la implementación de esta teoría en Cuba (Muñiz y Castillo, 2018). Las sistematizaciones de los estudios en este escenario (Muñiz, Fonseca y Castillo, 2015; Muñiz y Castillo, 2017; 2018) develan la aplicación del diseño teórico clásico a la par de lo descrito en el mundo. Sin embargo, se describe como regularidad una escasa influencia de los medios en la selección de la agenda pública, a pesar de que algunos indicadores considerados relevantes en la fijación temática, tales como la exposición a los medios y el interés por la información (Casermeiro, 2004), presentan índices entre moderados y altos. Estas tendencias contradicen las tesis principales de la Agenda Setting en la nación.

Si bien es de esperar una escasa influencia mediática sobre el público en un país con sistema de comunicación centralizado (McCombs, 2006), la implementación de la Agenda Setting ha comprobado su pertinencia para ofrecer explicaciones sobre la realidad socio-comunicativa cubana. Los resultados, empero, han indicado a los investigadores la necesidad de extender los análisis hacia las dinámicas de formación y relaciones entre las agendas, a fin de entender el fenómeno en su contexto y encontrar las determinantes sociales y humanas que condicionan los marcos peculiares de relación entre medios y públicos en el país.

Este tipo de enfoques deviene en un punto de contraste interesante para la investigación a escala internacional, ya que evidencia que es científicamente riesgoso apostar por la implementación de un modelo teórico estándar –como ha sido habitual en esta teoría (Kim, Kim y Zhu, 2017)- para comprobar hipótesis generalmente cerradas a las características sociales y culturales de los escenarios que se analizan –como ratifica Ngoa (2009) desde el contexto africano-. De hecho, revisiones críticas de este paradigma a escala global, como las realizadas por Dader (1991) y Charron (1996), apuntan a que las limitaciones señaladas están entre las más urgentes pues, como también alerta Bouza (2005) –y la teoría sociológica general-, los fenómenos de la política y la cultura varían tanto entre modelos económicos y políticos, como entre grupos y niveles sociales. Esto último es natural en cualquier tipo de sociedad.

Para conseguir explicaciones profundas respecto a la formación de la agenda pública en una localidad cubana, los autores de esta investigación valoramos complementar el enfoque de agenda setting con el diseño etnometodológico. Dado su carácter micro e inductivo, la etnometodología posibilita la apropiación de la racionalidad práctica de la vida, tomando como objeto de estudio a los sujetos en su contexto, ya que son activos ejecutores y productores de la sociedad a la que pertenecen (Ritzer, 1992). Por tanto, la etnometodología aportaría a la Agenda Setting una inmersión profunda a las dialécticas sociales construidas históricamente en un campo en el que se comparten interacciones, saberes, significados, normas institucionalizadas que dan sentido a la vida cotidiana. Ello apunta a mayor holismo para explicar la influencia de los medios sobre la agenda pública desde el mundo de la vida y no únicamente a la inversa, como propone la versión clásica y más extendida de la teoría.

En lo anterior radica el principal aporte conseguido, más allá de los datos etnográficos recopilados en la localidad de El Caney (perteneciente al municipio Santiago de Cuba, Cuba), la cual se abordó como estudio de caso. La pregunta central de la investigación fue: ¿Cómo las prácticas sociales instituidas inciden sobre la conformación de la agenda pública de El Caney?

El estudio forma parte de una línea que desarrollamos los autores cuyo objetivo es valorar posibles aportes de métodos cualitativos al enfoque de agenda setting [i]. Las reflexiones suscitadas son pertinentes y actuales, no solo por encontrarnos en el marco del 50 aniversario de la publicación del estudio fundacional de esta perspectiva (McCombs y Shaw, 1972), sino por ubicarse en su quinta y más reciente fase epistemológica, en la cual se profundiza en los matices del establecimiento de la agenda pública y en la constitución teórica (Ardévol, Gil y McCombs, 2020).

2. Marco Teórico

El estudio seminal de la Agenda Setting (McCombs y Shaw, 1972) asentó una nueva mirada en torno a la influencia mediática sobre las audiencias: los media seleccionan los temas de la agenda pública. Esta hipótesis fue validada alrededor del mundo, convirtiéndose en el núcleo de su expansión epistemológica (Zunino, 2018).

Una agenda representa metafóricamente al conjunto de cuestiones sobre las que se presta atención. Es un resultado de la reducción de complejidad social, dado que la atención de individuos, grupos, agentes y campos es limitada a unos pocos temas por vez. No solo es una dialéctica de inclusión de aspectos prominentes, sino también de exclusión de otros para construir una imagen de la realidad que marca trayectorias y proyecta acciones sociales. Los estudios ubican tres agendas fundamentales: del público, de los medios y de la política (Kim, Kim y Zhu, 2017).

McCombs, Shaw y Weaver (2014) evidencian dos grandes líneas en las que puede resumirse las fases de investigación de la Agenda Setting. Una centrífuga explica la intención de extender el dominio teórico más allá de la atención a los asuntos públicos; mientras una centrípeta profundiza en las categorías y fenómenos que intervienen en la fijación temática.

El abordaje de la esfera ciudadana puede ser explicado desde la última tendencia. Ha estado marcado por el estudio de variables de índole diversa (conductual-cognitiva, demográficas, de los medios y los temas) (Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016), aunque resulta imprescindible apostar por una mirada profunda a los arquitrabes socio-antropológicos del fenómeno (prácticas, estructuras, significados…) (Dader, 1991; Charron, 1995; Gallego y Anazco, 2020; Castillo, Muñiz y Martínez, 2021). Ello significa profundizar en su constitución como hecho social y humano, determinando el sentido y relaciones de producción que conducen a un modelo particular de interacciones entre los agentes del marco social-cultural.

2.1. La comprensión de la agenda pública desde la Teoría de la Agenda Setting

De acuerdo con la Agenda Setting, la selección de la agenda pública funciona en tres niveles de transferencia temática desde los medios, que coinciden con las principales categorías que (des)componen las agendas: objetos (issues) y atributos (encuadres).

Un primer nivel da cuenta de la capacidad de los medios para seleccionar los temas generales u objetos (issues) sobre los que se piensa y habla. Un segundo nivel refiere efectos mediáticos poderosos sobre los encuadres de los temas públicos, por lo que los medios no solo pueden establecer sobre qué asunto pensar, sino también cómo asumirlos valorativamente. Recientes estudios han corroborado un tercer nivel de transferencia de relevancia a partir de la incidencia del entorno digital sobre las dialécticas de la comunicación: los medios pueden establecer cómo relacionar los temas entre sí (Ardévol, Gil y McCombs, 2020).

El paradigma epistemológico que sustenta la teoría es el funcionalismo desde la perspectiva de los efectos mediáticos en condiciones limitadas (Zunino, 2018). Este enfoque ha posibilitado la reproducción del mediocentrismo, al comprobar el papel determinante de los medios sobre la opinión pública. A pesar de ello, recientes estudios plantean la complementariedad de las agendas, exponiendo sus relaciones como interdependencias, co-determinaciones o interrelaciones (Muñiz y Castillo, 2018; Bentivegna y Giovanni Boccia, 2020).

Para el abordaje a la agenda pública, el enfoque metodológico positivista ha validado la técnica del cuestionario Gallup, cuya base es la pregunta PMI sobre « el problema más importante ». Este método tiende a aplicarse a grandes muestras con el objetivo de ahondar sobre temas particulares o agregados. Se ha comprobado que entre sus limitaciones se encuentra la inducción a mencionar solo aquellos temas reconocidos por su carácter problemático (Casermeiro, 2004). Debido a ello, existe predisposición a no responder de forma altruista a la hora de agrupar los problemas de la nación, lo que propicia que se destaquen asuntos de repercusión experiencial (Bouza y Rodríguez, 2017). Importantes contribuciones como la del académico Fermín Bouza (1998) valoran los límites de las formas tradicionales de recogida de datos, deteniéndose en métodos como la encuesta y otros estadísticos, para generar inferencias predictivas y evitar sesgos inducidos desde el nivel cognitivo de los sujetos.

Para el caso cubano, investigaciones precedentes (Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016) han comprobado la pertinencia de modificar la pregunta PMI hacia una forma de mayor neutralidad en la que se interroga: ¿qué cuestión(es) usted considera relevante(s) en este momento? Ello posibilita entender la composición de una agenda pública global no constreñida al alcance de los temas (nacionales/locales/foráneos; experienciales/no experienciales, personales/colectivos). Existe también en el país una tendencia creciente a triangular datos estadísticos con métodos cualitativos para mayor comprensión (Gallego y Anazco, 2020; Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016; Castillo, Muñiz y Martínez, 2021).

Por su parte, para determinar la correlación entre las agendas mediática y pública se utilizan coeficientes como el de Pearson y el de Spearman. No se ha puesto la suficiente atención al hecho de que estos estadísticos indican la forma en que dos variables resultan proporcionales y alineadas y no necesariamente cómo una puede verse determinada por la otra.

Dicha limitación se ha pretendido solventar con la introducción del análisis temporal para evaluar la retroalimentación de las agendas (Casermeiro, 2004). Empero, por sí misma la temporalidad no puede ofrecer una explicación completa sobre su causalidad, debido a que no abarca holísticamente la estructuración de sus interrelaciones (Castillo, Muñiz y Martínez, 2021). También se estudian otras variables («condiciones contingentes») de tipo sociocognitivo, cuyo análisis abrió la tercera fase de investigación sobre la teoría.

Muñiz, Fonseca y Caballero (2016) los fragmentan de acuerdo con su naturaleza psicológica y sociológica. Entre los primeros figuran la necesidad e interés por la información, la cantidad de asuntos en la agenda intrapersonal, los tipos de tema y medios que se abordan y las experiencias personales y sociales. Los segundos agrupan variables demográficas (como el sexo, la edad y la educación), la comunicación y relaciones interpersonales y la exposición y consumo de medios.

Los estudios que revisan la teoría (Casermeiro, 2004; McCombs, 2006; McCombs, Shaw y Weaver, 2014) han corroborado empíricamente la generalidad de unas pocas premisas sobre estos factores. Ello comprueba la necesidad de propiciar una mirada más atenta a la complejidad social y cultural de los contextos de análisis. Una interesante contribución en esta línea resulta la propuesta de Andreu (2012) para abordar el problema social a través de la agenda pública a escala macro y micro, combinando observaciones longitudinales y multi-paradigmáticas (cuali-cuanti). Este trabajo logra una readecuación de las metodologías tradicionales de estudio de la agenda pública, aunque presenta desarrollos discretos en las contrapartes cualitativas, las cuales se circunscriben al análisis subjetivo de los datos estadísticos.

Como se ha referido, sobre todo durante las últimas fases de desarrollo de la Agenda Setting (cuarta y quinta etapas), para la comprensión del establecimiento de la agenda pública se han introducido nuevas metáforas a fin de explicar procesos adyacentes a la influencia mediática. En este camino, la agenda melding atiende a cómo los grupos sociales moldean la percepción de los temas prominentes (López, Castro y Oñate, 2022). Mientras, se ha demostrado la intervención de influencers en la selección de temas y encuadres (McCombs, Shaw y Weber, 2014).

    La investigación del entorno digital, por su parte, ha dejado de lado el modelo de comprensión direccional de influencia mediática, migrando hacia uno menos estructurado y en red (Ardévol, Gil y McCombs, 2020). En este marco, la propuesta de Bentivegna y Boccia (2020) plantea una agenda pública interrelacionada en un contexto de alta mediación. Se esboza teóricamente su establecimiento como un proceso más horizontal, agregativo y dinámico en el que deben considerarse multiplicidad de fuentes, espacios y fenómenos imbricados en las dialécticas entre el mundo off y on line.

Sin embargo, las limitaciones de estos estudios coinciden en buena medida con el arrastre de problemas de fondo que se han venido exponiendo y que han sido abordadas en análisis críticos del campo, aunque poco valoradas hasta hoy (Gallego, 2017). Entre ellos, las observaciones realizadas por Dader (1991) y Charron (1995), respecto a la necesidad de abundar en la canalización y reproducción de los temas y las agendas en las estructuras del mundo de la vida y en la ideología y la cultura, consideraciones que hoy deben tenerse en cuenta tanto en el mundo off line como en el virtual y sus intermediaciones.

Algunas propuestas en el ámbito internacional ponen atención a dimensiones de este fenómeno desde el plano sociocultural y político. Tamayo y Carrillo (2005) comprueban cómo la evolución cultural de los sistemas políticos ha conducido al encuadre de temas postmaterialistas tales como la libertad, los derechos humanos y la felicidad en los discursos públicos. Este enfoque hace evidente la importancia de la constitución socio-antropológica de los contextos y su incidencia sobre las agendas.

En el caso de Cuba, investigaciones como las de Gallego y Anazco (2020) –que estudió la influencia de los rumores en la media agenda building- y Castillo, Muñiz y Martínez (2021) –que introdujo la mirada cultural compleja a las relaciones entre las agendas en localidades- ponen sobre la mesa lo acertado de propiciar la profundización inductiva para comprender el fenómeno en la estructuración de su contexto y desde la perspectiva de sus agentes. Estos trabajos sugieren una estrategia eficaz ante las limitaciones socio-antropológicas detectadas a la Agenda Setting, cuestión sobre la que ahondó este estudio a partir de la etnometodología.

2.2. La etnometodología como alternativa para el estudio de la agenda pública en Cuba

La investigación partió de la siguiente premisa: un enfoque complementario de carácter inductivo posibilita la apropiación de las dialécticas sociales y humanas de la formación de la agenda pública local, generando un marco interpretativo holístico y profundo. Nos decantamos por la estrategia etnometodológica. La exploración de la literatura sobre este método y su implementación heurística evidenció oportunidades para estudiar el fenómeno desde la óptica de los sujetos sociales y sus prácticas, hábitos e institucionalizaciones que dan sentido a su realidad cotidiana.

Para el creador del método, Harold Garfinkel (2006), la etnometodología trabaja con una pesquisa de tipo comprensiva en oposición a la noción explicativa. Al igual que otras formas de metodologías cualitativas de carácter micro-sociológico, la etnometodología se refiere al estudio de una realidad vivida, actuada e interpretada que es producida por los propios actores a partir de un carácter activo para asimilar las normas, roles, conductas, sin la cual no es posible la sociedad (Longo y Benvenga, 2021). Es una sociología cuya pregunta fundamental es cómo funciona el sentido común a partir de sus métodos (Garfinkel, 2006).

Se parte de la inmersión etnográfica para determinar el sentido que se le otorga a la acción cotidiana en la realidad que se vive (Calvacante, 2021). De ahí que se analicen las actividades de todos los días en las diferentes circunstancias, concibiéndolas como métodos utilizados para tornar esas actividades racionales a cualquier objetivo práctico (Ritzer, 1992). Por tanto, en la etnometodología se encuentra también una teoría para explicar lo social (Garfinkel, 2006).

Se reconocen tres tendencias (Calvacante, 2021). La primera aborda el descubrimiento de las reglas y normas que estructuran la interacción diaria; la segunda realiza el análisis de la conversación; y la tercera relaciona la etnometodología a las estructuras de la vida social. El objetivo perseguido por este estudio posicionó una estrategia metodológica para acceder a las reglas y normas de la formación de la agenda pública en las dialécticas de la estructura social de la comunidad abordada, considerando además los discursos recuperados por la incursión empírica. La triangulación de este enfoque con la Agenda Setting implicó reflexividad previa al trabajo de campo.

En un primer momento llamó la atención que la posición epistemológica de la Agenda Setting apuesta por una comprensión fundamentalmente cognitiva de los efectos mediáticos (McCombs, 2006), mientras la etnometodología se propone el acceso a la complejidad subjetiva institucionalizada en forma de métodos racionales de la vida cotidiana. Lo anterior supone ahondar en un terreno eminentemente sociológico no positivista donde la Agenda Setting no ha desarrollado reflexiones de peso (Castillo, Muñiz y Martínez, 2021).

Lo planteado conllevó a valorar que las condiciones contingentes de tipo cognitivo-conductual se encuentran en un plano anterior a las determinadas como sociológicas, por lo que resultan necesarias para comprender los hábitos de la agenda pública en la vida social. Se valoró la pertinencia de implementar el despliegue etnometodológico con inmersión etnográfica, a fin de advertir la regularidad de la práctica social y su configuración cultural.

Se consideró que al sustentarse en un posicionamiento de corte micro, interpretativo e inductivo, el diseño etnometodológico implica asumir una postura de extrañamiento, por lo que no se puede llegar al campo con la idea mediocéntrica tradicional de la Agenda Setting. Ello resulta productivo para determinar otros factores, prácticas y mediaciones que intervengan en el contexto de estudio.

Entre los métodos empíricos frecuentes de la etnometodología están los de corte cualitativo como la observación (participante y no participante), las entrevistas en profundidad, los grupos focales, las notas de campo, entre otros (Longo y Benvenga, 2021). Desde la experiencia de los autores de este estudio (Muñiz Fonseca y Caballero, 2016; Castillo, Muñiz y Martínez, 2021) resulta provechoso para la comprensión de la agenda pública, la triangulación de estos métodos con los de carácter cuantitativo tradicionalmente utilizados por la Agenda Setting.

Para finalizar este apartado, se destaca que una vez hechas estas reflexiones se realizó una búsqueda de estudios que desde la Agenda Setting utilizaran la etnometodología como recurso. No se encontró ningún trabajo empírico en este camino. Sin embargo, el artículo de José Luis Dader (1991) ofreció valoraciones teóricas sobre las posibles contribuciones de triangular ambas perspectivas, las cuales aportaron al trazo de la investigación.

3. Metodología

La fase empírica de la investigación implicó la selección y justificación del caso a estudiar y una aproximación exploratoria a su realidad para determinar las unidades de observación (espacios, actores, barrios) y argumentar decisiones metodológicas.

3.1. La localidad El Caney en el marco de la comunicación y la política cubana

Para la selección del caso se consideró el interés de la institución de procedencia de los autores de abordar territorios del municipio Santiago de Cuba. Se valoró que debería escogerse una localidad cuya estructuración fuera homogénea para su nivel social en el país. Estas condiciones se encontraron en la localidad El Caney, la cual es uno de los asentamientos más antiguos de la región, con más de 480 años de historia. Se ubica a 5 km del centro de la ciudad.

En la actualidad, cuenta con 28 646 habitantes distribuidos en una zona urbana y otra rural. Datos ofrecidos por el gobierno comunitario reflejan que las principales problemáticas en agenda pública se relacionan con la calidad de las vías, el transporte y los abastecimientos de productos de primera necesidad. Por su parte, estudios de las agendas mediáticas de Santiago de Cuba corroboran el tratamiento estable de temas como las actividades de las instituciones políticas, gubernamentales y económicas, la historia local y otros temas de la agenda política y social (Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016; Castillo y Martínez, 2022).

Los estudios de agenda setting en la provincia (Muñiz y Castillo, 2017; 2018), a la par de lo descrito en el país, muestran correlaciones bajas entre las agendas mediáticas y pública, entre moderadas y altas entre las agendas mediáticas y políticas, y correlaciones bajas y nulas entre las agendas pública y política (confróntese Figura 1).

Figura 1. Correlaciones entre las agendas política, mediática y pública en Santiago de Cuba durante 2017

Fuente: Muñiz y Castillo (2017, p.103).

El Caney está inserto en un escenario nacional que presenta desestructuración comunicativa, profundizada por brechas entre espacios estatales, virtuales, alternativos y emergentes de producción comunicacional (Ramírez y Salgueiro, 2018). Los medios oficiales son supervisados por el Partido Comunista de Cuba –único de su tipo en el país-, quien define la política informativa y traza las normativas generales de la política social (García, 2013). Esta estructuración ha propiciado serios divorcios entre las agendas mediáticas y los temas de atención ciudadana, así como preocupación de sectores intelectuales, especializados y la sociedad civil respecto al carácter propagandístico de la comunicación pública (Muñiz y Castillo, 2017). A pesar de que la más reciente Política de Comunicación Social (aprobada en 2018) pretende acortar estas brechas, aún no se aprecian cambios sustanciales (Castillo y Martínez, 2022).

Por su parte, los estudios de la agenda pública en Cuba comprueban su marcado carácter experiencial, materialista y crónico. Se ha descrito una incidencia sustantiva de la comunicación interpersonal en sus procesos de formación, en detrimento de la influencia de los medios de masas (Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016). En contraposición con datos del contexto internacional, no se cuenta con evidencias que sugieran incidencias significativas del entorno virtual sobre dicha agenda.

Lo anterior puede deberse a mediaciones contextuales como la persistencia de una aguda crisis económica desde 1991, causada por la caída del socialismo soviético y agudizada por la recesión económica de Venezuela (principales socios comerciales y políticos), y la persistencia de la concepción de plaza sitiada, que incide sobre las dinámicas de participación política y sobre la opinión pública y su representación mediática (García, 2013).

3.2. Enfoques, alcances y temporalidad de la investigación

Como se ha explicado, se asumió la etnometodología como método teórico de la investigación. El diseño fue cualitativo y observacional-comprensivo de la cotidianidad, a partir de la inmersión de los investigadores en el campo local, por tanto, tuvo carácter abierto. Aunque se aplicaron técnicas cuantitativas, la triangulación privilegió la capacidad explicativa de los datos cualitativos recopilados en trabajo de campo.

           En este sentido, no se consideró determinar la dieta mediática que influye sobre El Caney debido a la detección de multiplicidad de fuentes que nutren la agenda pública local. Más bien, se puso énfasis en el lugar dado por los sujetos como parte de la cultura local a medios, espacios y dinámicas de alta incidencia sobre la agenda (enfoque inductivo). Las exploraciones realizadas evidenciaron homogeneidad entre las agendas mediáticas a las que se exponen los comunitarios con las tendencias nacionales.

           La investigación se desarrolló entre enero y mayo de 2019. No se extendió al entorno digital, debido a que no emergió como una fuente sustantiva de la agenda pública. Este indicador pudiera haber variado actualmente, por lo que se profundizará al respecto en próximas incursiones.

3.3. Objetivos y categorías de análisis

Para responder a la pregunta central de la investigación –explicitada en la introducción del artículo- se establecieron objetivos que posibilitaran grados crecientes de comprensión del objeto de estudio:

a)    Determinar los objetos y atributos que componen la agenda pública de El Caney.

b)    Determinar las prácticas sociales instituidas que los ciudadanos de El Caney siguen en su realidad cotidiana para conformar su agenda pública.

c)     Explicar cómo inciden las condiciones contingentes y otros factores que se determinen en trabajo de campo sobre las prácticas sociales instituidas del proceso de conformación de la agenda pública en El Caney.

Las categorías de análisis fueron:

a)    Agenda pública: temas considerados como prominentes por los individuos durante un periodo determinado. Esta categoría se dimensiona en objetos y atributos.

b)    Prácticas sociales instituidas de la conformación de la agenda pública: métodos que hacen objetivas las reglas y normas instituidas para realizar acciones relativas a la conformación de la agenda pública.

c)     Condiciones contingentes: factores que tienen incidencia sobre la conformación de la agenda pública. Los estudiados fueron: tipo de tema, cantidad de asuntos en la agenda intrapersonal, necesidad de información, interés por la información, comunicación interpersonal, uso y consumo de los medios y las fuentes utilizadas para adquirir la información. Esta categoría se concibió como abierta, a fin de poder incluir otros factores revelados por el trabajo de campo.

3.4. Muestra

La pluralidad de técnicas utilizadas implicó la adopción de tipos de muestreo adecuado a las técnicas cualitativas y cuantitativas. Las cualitativas asumieron el muestreo no probabilístico intencional. Como principal criterio de inclusión se consideró la necesidad de lograr un acercamiento a la diversidad de los grupos sociales y barrios de la localidad.

Por su parte, los cuestionarios se aplicaron a una muestra probabilística aleatoria simple de sujetos presentes en espacios de alta confluencia de personas como paradas de transporte público, parques, plazas y barrios. Dicha estrategia garantizó las posibilidades de incluir personas de grupos etarios, sexos, ocupaciones y barrios diversos de la comunidad. La muestra se calculó en base al total de habitantes (N= 28646), por lo que para este estudio se tomó como población al universo demográfico de El Caney. Se estableció como margen error un 5% y como nivel de confianza el 95%, lo que arrojó una muestra de 378 personas.

3.5. Instrumentos para la recogida de los datos.

Se triangularon datos provenientes de las siguientes técnicas empíricas:

a)    Observación participante: generó información de primera mano sobre la emergencia de temas en las conversaciones públicas, sus encuadres, las prácticas sociales instituidas y una aproximación al marco cultural comunitario. Se implementó de forma continua durante todo el periodo de estudio, observándose 11 espacios de las zonas urbana y rural. Entre ellos: parques, bodegas, mercados, paradas de ómnibus y sitios de ocio en barrios.

b)    Grupos focales: permitieron la aproximación a experiencias, creencias, asuntos prominentes y sus causales. Se realizaron 16 sesiones en las que participaron 74 personas. Su composición tuvo en cuenta el balance entre hombres (N=35) y mujeres (N=39), rangos etarios (13 personas entre 16-25 años; 16 entre 26-35 años; 14 entre 36-50 años; 18 entre 56-65 años y 13 mayores de 65 años) y lugar de procedencia de la localidad (1 grupo focal por cada una de las 16 circunscripciones electorales, las cuales coinciden con los barrios culturalmente reconocidos).

c)     Cuestionario Gallup: persiguió determinar los temas de la agenda pública global a partir de la pregunta PMI modificada. Se solicitó señalar el encuadre valorativo de los temas mencionados, así como su repercusión sobre la vida cotidiana (Tabla 1). Fue aplicado en enero y abril de 2019 a fin de valorar la permanencia de los temas entre ambos periodos.

Tabla 1. Encabezado del cuestionario Gallup aplicado

¿Qué cuestión(es) usted considera relevante(s) en este momento?

¿Se relaciona directamente con su vida?

Desde su perspectiva este asunto es:

Temas

No

Negativo

Neutro
(Ni positivo
ni negativo)

Positivo

Fuente: elaboración propia.

d)    Coeficiente de Spearman: se utilizó para correlacionar la agenda pública de los dos marcos temporales estudiados a fin de valorar la variación de temas y encuadres.

e)    Cuestionario: tuvo como objetivo ahondar cuantitativamente en condiciones contingentes como la necesidad de información, las fuentes para adquirir información, el tipo de tema, la comunicación interpersonal y el uso y consumo de medios. Se aplicó durante el mes de febrero a la muestra determinada.

3.6. Aspectos éticos

La investigación siguió las convenciones internacionales de protección de datos personales e información sensible. Los investigadores informaron a los implicados los propósitos del estudio, su procedencia institucional y su carácter anónimo y voluntario.

4. Resultados

La inmersión etnometodológica en El Caney corroboró el carácter dialéctico de la formación de la agenda pública. Las prácticas sociales que dan sentido a este proceso promueven acciones y discursos que delinean rasgos culturales generados en la acción cotidiana y que se han constituido en estructuras de la inclusión/exclusión de los temas en la agenda. La observación participante evidenció estas características en diálogos espontáneos sobre situaciones problemáticas de la vida local. Para introducir el análisis, a manera de ejemplo, se expone la siguiente situación.

Contexto: Una parada de ómnibus en el horario de las 4:30 pm (coincide con la salida de centros laborales y escuelas). Cantidad de personas: 23.

Sujeto A (que llega): Buenas tardes. ¿Hace rato no pasa nada? –Sin dirigirse a alguien en específico-.

Sujeto B: Yo estoy hace como treinta minutos –contesta una mujer. Ayer me pasé aquí casi una hora -añade.

Sujeto A: En estos días el transporte ha estado malísimo y con lo de la falta de combustible que anunciaron en el noticiero se pondrá peor…

Investigador (interrumpe y acota): ¿Y el transporte solamente? (La pregunta quedó intencionalmente en suspensión).

Como resultado de esta experimentación disruptiva [ii] se dio paso a un fructífero intercambio sobre diversos temas que inciden sobre la vida cotidiana. Entre los mencionados estuvieron el transporte, el acceso a los alimentos, temas de la política exterior y la situación del abasto de agua. Tras casi 20 minutos, la conversación fue interrumpida por la llegada de un ómnibus donde trabajosamente embarcó una parte de los presentes.

Los asuntos referidos en el diálogo tienen en común su carácter de problematicidad al repercutir en la experiencialidad de la vida cotidiana. Estas características constituyen un rasgo distintivo de la agenda pública, como comprobó el cuestionario Gallup.

4.1. Temas de la agenda pública y sus rasgos distintivos

La agenda pública de El Caney durante enero y abril de 2019 estuvo compuesta por 20 objetos, de los cuales permanecieron estables en ambos periodos 18. En el segundo marco temporal no se encontró Referendo Constitucional, pero se incluyó Período Especial, ambos ubicados entre los últimos puestos de la agenda.

Como puede apreciarse en la Figura 2, la relevancia otorgada a los asuntos en ambos periodos fue similar, lo que indica que los objetos tienen carácter estable.

Figura 2. Objetos de la agenda pública de El Caney

 

Fuente: elaboración propia.

La composición de los atributos sustantivos mostró un total de 63 aspectos, de los cuales 42 (67%) estuvieron en ambos periodos. Ello evidencia que la agenda es estable también a este nivel (Figura 3).

Figura 3. Atributos sustantivos de la agenda pública

Fuente: elaboración propia.

Un rasgo importante de la agenda fue indicado por el hecho de que el 91,8% de los temas se considera relativo al marco experiencial, por lo que guardan relación con la vida cotidiana. Solo el 8,2% de los asuntos fue ubicado en el rango de lo no experiencial.

Al respecto, el análisis cualitativo de los temas develó que algunos aspectos de origen macro social como lo son Economía, Dualidad Monetaria, Bloqueo Económico y Comercial fueron señalados exclusivamente como experienciales. Esta tendencia constituye una expresión de la mediación macro social sobre la localidad (micro). Sin embargo, es posible deslindar una mayor cantidad de aspectos de la agenda relacionados estrechamente con la vida comunitaria (Transporte Local, Abastecimientos, Problemas Sociales, Altos Precios de Productos, Carreteras y Caminos, Educación Cívica etcétera). Ello revela que es en la objetivación de lo micro social donde se encuentran las mediaciones más significativas de la agenda pública.

Respecto a los atributos afectivos, es notable la prevalencia del enfoque negativo (89,3% en enero y 95,1% en abril), frente a los neutros (8,4% y 2,8% respectivamente) y los positivos (2,1% y 2,5% respectivamente). Esta composición evidencia que los asuntos presentan también un marcado sentido de problematicidad para los sujetos, en consonancia con la estabilidad de la agenda y la cronicidad de sus asuntos.

Las correlaciones establecidas a nivel de objetos y atributos entre los dos marcos temporales mostraron relaciones de linealidad y correspondencia en la tríada objetos, atributos sustantivos y atributos afectivos negativos (Tabla 2). Ello indica que la estabilidad de la agenda no solo refiere a la permanencia y jerarquía (bases sobre las que el coeficiente de Spearman calcula las correlaciones) de los issues en el tiempo, sino también de los encuadres sustantivos y afectivos (ya que los atributos negativos agruparon una cantidad substancial de la agenda).

Tabla 2. Correlaciones entre objetos y atributos de la agenda pública

Correlación T1/T2

Valor

Interpretación

Objetos

0,77*

Relación alta.

Atributos Sustantivos

0,59*

Relación moderada.

Atributos negativos

0,77*

Relación alta.

Atributos neutros

0,17**

Relación muy baja.

Atributos positivos

-0,28**

Relación nula.

Los valores marcados equivalen:

(*)   Significativos para 0.02 bilateral.

(**) Significativos para 0.05 bilateral.

Fuente: elaboración propia.

Por su parte, los niveles correlativos muy bajos y nulos de los atributos neutros y positivos confirman el sentido de problematicidad de los temas. No solo porque representan una pequeña parte de la misma, sino porque las correlaciones muestran índices significativamente menores que en los negativos. El análisis cualitativo de los temas indica un marcado carácter materialista de la agenda, justificado por el sentido de problematicidad y experiencialidad de los asuntos en un contexto de carestía y crisis económica persistente como lo es el cubano.

4.2. Prácticas instituidas de la formación de la agenda pública

La observación del campo local evidenció que entre las prácticas cotidianas de la formación de la agenda pública, la comunicación interpersonal es factor clave tanto de la inclusión de los asuntos como de su fijación. Las conversaciones sobre las problemáticas sociales emergen en lugares públicos, entre conocidos y desconocidos, y en marcos de proximidad como los juegos de dominó en los barrios o los espacios domésticos.

Respecto a los últimos, durante la aplicación de los cuestionarios en los barrios, los investigadores accedimos a los interiores de algunas viviendas. Resultó frecuente encontrarnos con diálogos sobre aspectos de preocupación y se apreciaron acalorados debates generados espontáneamente al momento de explicar el propósito de la investigación. Los grupos focales brindaron información sustantiva sobre la institucionalización de la comunicación interpersonal como práctica social y su efecto socializador en la localidad:

[…] sobre los temas que nos preocupan se habla mucho y donde quiera. Lo mismo en el trabajo, que en la escuela, en una cafetería, que en la cola del cine, del pan, que en la casa. Porque son temas que nos están afectando mucho (Mujer, entre 41 a 60 años, grupo focal No.11, 5/4/19).

El criterio citado permite apreciar otras dimensiones institucionalizadas de los asuntos de la agenda. Nótese que al referirse a los temas se explicita que resultan aquellos que « nos están afectando mucho ». Esta idea corrobora que no se discute sobre asuntos cualesquiera de la realidad, sino de los que por su carácter experiencial y problemático repercuten sobre la vida cotidiana, cuestión que confirma las conclusiones del análisis composicional de la agenda.

En este sentido, se percibe que los temas de carácter nacional y provincial (niveles macro y meso social) constituyen mediaciones sobre la localidad. Los temas propios del contexto internacional se atienden en la medida en que puedan afectar al país. Sin embargo, es el campo municipal y local, en tanto espacio de realización humana de los sujetos, el que determina el principal marco de configuración de la agenda pública de El Caney.

¡Qué vamos a resolver nosotros con preocuparnos con los problemas que existen en Irán! Tenemos que preocuparnos por los problemas que tenemos aquí […], con la alimentación, con el transporte, con el medicamento, que cada día está más difícil (Hombre, entre 61 a 70 años, grupo focal No.3, 2/4/19).

Las características de experiencialidad, problematicidad y materialidad de los asuntos actúan como mediaciones del resto de prácticas sociales y condiciones contingentes estudiadas, por lo que se comprueba su constitución como rasgos socio-antropológicos distintivos de la agenda pública.

Si bien la comunicación interpersonal es un elemento clave de la inclusión de los asuntos en la agenda, las técnicas aplicadas permitieron definir la mediación de otras fuentes cuyo acceso y consulta deviene en prácticas habitualizadas. Entre ellas, las que interviene la comunicación interpersonal como medio socializador son significativas. Los resultados del cuestionario (Figura 4) muestran un acercamiento a las más utilizadas, cuyos resultados fueron validados por la observación y los grupos focales.

Figura 4. Fuentes de los asuntos de la agenda pública.

Fuente: elaboración propia.

 

A diferencia de lo descrito en el contexto internacional, el uso de internet como fuente resultó poco significativo (3% de los encuestados). Un lugar importante entre las prácticas de acceso a temas que por su repercusión podrían incluirse en la agenda está la exposición a los medios, la cual fue señalada por el 25% de los encuestados.

Por tanto, se colige que el 75% entiende que existen fuentes mediadoras más relevantes, cuestión que se relaciona a las disfuncionalidades del sistema mediático cubano. La tendencia encontrada en los discursos de los grupos focales manifiesta que: « […] lo que dicen nuestros medios es muy importante, pero a veces no lo dicen todo. Pienso que deberían poner más cosas que nos toquen de cerca» (Mujer, entre 26 a 40 años, grupo focal No.13, 9/3/19).

Entre los medios de mayor consumo (Figura 5) fueron mencionados el Noticiero Nacional de Televisión (de la cadena estatal Cubavisión) (10% de los encuestados) y el canal multinacional Telesur (11% de los encuestados). Resulta interesante el hecho de que se prefieran dichos espacios informativos a los que están asentados en el contexto territorial y que por tanto resultan más cercanos a las problemáticas locales (Sierra Maestra, CMKC y Tele Turquino).

Figura 5. Medios y espacios de mayor consumo.

Fuente: elaboración propia.

El consumo y exposición a medios y espacios específicos constituye una práctica instituida que está determinada por la credibilidad de la información que se presenta. Sobre todo, cuando se trata de algún asunto que se relacione directamente con el marco experiencial:

Creo que todavía falta tratar cuestiones que todo el mundo comenta y no se ven en los medios. Pero se da el caso que cuando se tratan esos temas, entonces se dicen cosas que todo el mundo sabe por experiencia que no son totalmente así (Hombre, entre 41 a 60 años, grupo focal No.4, 20/3/19).

De igual manera, es una práctica habitual que los medios se utilicen para corroborar las cuestiones que se discuten en el tejido público sin confirmación oficial, como se apreció en la observación y los grupos focales:

En la calle se escuchan muchas cosas, pero es en los medios donde se confirma que lo que se dice es verdad; entonces nos enteramos de qué solución se le dará a tal o más cual problema por parte de las autoridades (Mujer, de 61 a 70 años, grupo focal No.4, 20/3/19).

Por su parte, se percibe como deficiente la identificación de las problemáticas comunitarias y su gestión por los organismos y entidades del gobierno local y municipal. Ello ha instituido que, para la gestión de los problemas de la agenda, la ciudadanía acuda a las estructuras del estado una vez que han pasado por filtros menos formales como el debate público o las relaciones construidas con otros individuos.

La observación participante evidenció que la socialización respecto a la gestión de las problemáticas por las estructuras del estado puede llegar a la catarsis en sitios de confluencia como paradas de ómnibus, lugares de esparcimiento, colas (filas) para la adquisición de productos y servicios y el ámbito privado familiar.

Hay temas que se pueden resolver y no se resuelven por falta de gestión. Por ejemplo, el cruce peatonal que hay que poner allá afuera, la respuesta que dieron fue que no se podía hacer porque no había presupuestos […] Yo no entiendo eso […] Ese es uno de los temas que en el barrio se está debatiendo y no se acaba de resolver (Hombre, entre 41 a 60 años, grupo focal No.11, 5/4/19).

La materialidad y la cronicidad de los problemas en agenda pública como condición enraizada ha propiciado que entre los temas sobre los que se presenta necesidad de orientación se encuentren aquellos ubicados en los primeros puestos de la agenda (Figura 6).

Figura 6. Temas sobre los que se presenta necesidad de información.

Fuente: elaboración propia.

Lo descrito converge con el hecho de que un alto número de individuos señaló en la encuesta entre 4 y 5 asuntos en ambos periodos (71% en enero y 83% en abril), los cuales se ubican entre los más relevantes de su agenda intrapersonal. Estos pocos asuntos a los que se dedica atención están relacionados con aquellos sobre los que se presenta necesidad de orientación y sobre los que se discute y habla comúnmente.

 Los rasgos de la agenda pública que ha revelado el estudio empírico muestran la complejidad social y humana del fenómeno. Lo estudiado apunta a un modelo homogéneo de construcción y reproducción de la agenda pública en la práctica social cotidiana.

5. Conclusiones y discusión

La Teoría de la Agenda Setting constituye una de las perspectivas de análisis de mayor éxito en el estudio de la agenda pública. Los resultados obtenidos confirman tanto su pertinencia para abordar el fenómeno, como la necesidad de atender carencias de su modelo para una apropiación más consciente de su naturaleza social y humana.

Al respecto, su triangulación con la etnometodología evidenció fortaleza comprensiva del fenómeno en la localidad cubana El Caney. Se propició un mayor alcance a partir del estudio de las prácticas que hacen objetivos los métodos y reglas instituidos por los individuos para desarrollarse en la complejidad comunitaria. Se constató el papel activo de los sujetos en la dinámica de la estructura social y la cultura, cuyo holismo no puede ser advertido en su totalidad por el funcionalismo positivista que sustenta la teoría. En este sentido, se coincide con las observaciones, entre otros, de Dader (1991) y Charron (1996).

El estudio comprobó en El Caney las tendencias encontradas en el escenario nacional (Muñiz y Castillo, 2017): los temas de preocupación ciudadana tienen enfoque experiencial, materialista y problemático. Los datos evidencian que no existe una ruptura total con los medios que se consumen, aunque se usan fundamentalmente para el contraste y/o legitimación oficial de la información. Ello concuerda con otros estudios en el país (Muñiz, Fonseca y Caballero, 2016; Castillo y Muñiz, 2022).

La inmersión de campo comprobó que agenda pública está ligada al modelo cultural de discusión pública, el cual define espacios, fuentes, encuadres y dinámicas de interacción entre los sujetos y entre estos y las instituciones mediadoras. Por tanto, se evidencia que el enfoque inductivo etnometodológico cuenta con capacidades para explicar tanto el encuadre composicional y características de los temas de la agenda pública, como el funcionamiento y jerarquización de las condiciones contingentes.

Lo expuesto conduce a validar la idea planteada por Castillo, Muñiz y Martínez (2021) respecto a que el modelo socio-antropológico de las agendas y sus relaciones puede constituir un nuevo nivel de la Agenda Setting con función estructuradora. Sobre esta línea se continuará profundizando.

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[i] Confróntese un estudio precedente en que se abordó la relación entre las agendas mediáticas y públicas desde el método etnográfico (Castillo, Muñiz y Martínez, 2021).

[ii] Desde la etnometodología las realidades se entienden como construcciones frágiles que pueden ser alteradas tanto por el investigador como por los agentes. Ello propició una tipología de inmersión (experimentos disruptivos) en que el investigador altera la realidad a fin de poner en crisis determinado constructo social (Ritzer, 1992).