indexcomunicación | nº 14(1) 2024 | Páginas 131-154

E-ISSN: 2174-1859 | ISSN: 2444-3239 | Depósito Legal: M-19965-2015

Recibido el 11_09_2024 | Aceptado el 13_11_2023 | Publicado el 15_01_2024

 

 

MUNICIÓN DE PAPEL Y TINTA: LA PRENSA DEL MOVIMIENTO POR LA PAZ DE CATALUÑA

 

Paper and ink ammunition: the press of the Catalan peace movement

 

https://doi.org/10.62008/ixc/14/01Munici

 

Eloi Camps-Durban

Universitat Pompeu Fabra

eloi.camps@upf.edu

https://orcid.org/0000-0001-7729-6055

 

Este artículo ha recibido la financiación de la Ayuda del Programa de Formación de Profesorado Universitario FPU19/01796 y de la Beca Barcelona Crea 2023 23S00947-006

 

 

Dibujo en blanco y negro

Descripción generada automáticamente con confianza media Para citar este trabajo: Camps-Durban, E. (2024). Munición de papel y tinta: La prensa del movimiento por la paz de Cataluña. index.comunicación, 14(1), 131-154. https://doi.org/10.62008/ixc/14/01Munici

 

 

Resumen: El presente artículo describe y caracteriza las publicaciones periódicas editadas por el movimiento por la paz de Cataluña, uno de los más importantes de su historia contemporánea. El movimiento ha generado 81 cabeceras a lo largo de más de un siglo. Se trata de un objeto de estudio inédito para la historiografía de la prensa catalana, de la cual se toma la técnica de la hemerografía descriptiva para recopilar los datos para la caracterización de las publicaciones, la identificación de los focos temáticos y la formulación de cuatro subtipos de prensa pacifista y antimilitarista. Así, se detectan hasta doce temáticas diferentes, lo que demuestra el notable espectro de cuestiones tratadas por el movimiento por la paz. A su vez, esta diversidad es plasmada en órganos de expresión, revistas de divulgación, publicaciones periodísticas y fanzines. Los resultados del estudio muestran que la edición de prensa ha sido una actividad sostenida del movimiento por la paz catalán y que se trata de un fenómeno comunicativo complejo, reflejo de la multiplicidad de inquietudes y colectivos que constituyen el pacifismo y el antimilitarismo.

 

Palabras clave: pacifismo; antimilitarismo; movimiento por la paz; prensa alternativa; medios radicales

 

 

Abstract: The present article describes and characterises the periodicals published by the peace movement in Catalonia, one of the most important in the contemporary history of the region. Over more than a century, the movement has produced 81 periodicals. However, these magazines have not yet been studied by the historiography of the Catalan press. The descriptive hemerography technique is used to gather data to characterise the publications, identify thematic focuses and formulate four subtypes of pacifist and antimilitarist press. Thus, up to twelve different topics are detected, demonstrating the remarkable spectrum of issues the peace movement has dealt with over the decades. Subsequently, this diversity is reflected in organs of expression, dissemination magazines, journalistic publications, and fanzines. The study's findings indicate that press publishing has been a sustained activity of the Catalan peace movement and is a complex phenomenon, reflecting the multiplicity of concerns and groups that constitute pacifism and antimilitarism.

 

Keywords: Pacifism; Antimilitarism; Peace Movement; Alternative Press; Radical Media

 

1.    Introducción

El movimiento por la paz es uno de los principales movimientos sociales de la historia contemporánea de Cataluña, tanto en la incidencia social en determinadas fases y coyunturas, como en número de organizaciones y colectivos, de distintas orientaciones, que lo forman (Prat, 2006a; 2007). A lo largo de más de un siglo, la actividad de grupos pacifistas, antimilitaristas y noviolentos se ha traducido en logros políticos, legales y culturales, extendiendo una cultura de paz entre amplias capas de la sociedad catalana. Precisamente, la labor de formación, divulgación y concienciación es crucial para los movimientos a la hora de persuadir por la opinión pública (McCurdy, 2012). En esta pugna, la edición de publicaciones periódicas ha sido una de las estrategias más significativas.

Si bien existen varias obras sobre el tratamiento del movimiento por la paz por parte de la prensa convencional (Cooper, 2002; Couldry y Downey, 2004) y sobre las estrategias del movimiento para aparecer en los periódicos (Coy y Woehrle, 1996; Levin, 2005), las publicaciones periódicas editadas por organizaciones o colectivos enmarcados en el movimiento por la paz apenas han sido estudiadas. Burns (1991) ofrece un listado comentado de prensa sobre la paz, el desarme y el control de armas en Estados Unidos. A nivel español, Aguirre y Carbajosa (1993), en su estudio de la bibliografía en torno a la investigación para la paz, referencian varias cabeceras pacifistas y antimilitaristas.

Respecto al movimiento por la paz catalán, diversas obras utilizan la prensa pacifista y antimilitarista como fuente, aunque ninguna la examina específicamente. Devesa (2015) incide en la evolución de varias revistas antibelicistas del primer tercio del siglo XX. Garí (2016) y Montoliu (2015), quienes tratan, respectivamente, el movimiento por la paz catalán en los periodos 1950-1980 e inicios del siglo XXI, incluyen referencias puntuales a algunas publicaciones. Por su parte, Ordás (2016b) cita diversas cabeceras vinculadas al movimiento de objeción de conciencia, y Pelàez señala «la edición de materiales, trípticos o revistas» entre las actividades de los insumisos (Pelàez, 2000: 76). Quien ha ahondado más en la relación entre la prensa y el movimiento por la paz es Prat (2006a). Por un lado, señala que el movimiento necesita aparecer «en los medios de comunicación oficiales» para lograr sus objetivos, y que para ello desarrolla «tareas específicas» (Prat, 2006a: 96). A su vez, los medios respondieron «con cierta simpatía» al pacifismo y al antimilitarismo catalanes y ayudaron a extender «un clima social favorable a la paz», si bien no incidieron en explicar «los razonamientos» detrás de las acciones más llamativas o multitudinarias (p. 98). Además de este análisis, Prat se fija en varias publicaciones periódicas, sobre todo las de los años ochenta, cuando el movimiento acentuó su producción editorial.

Ante este estado de la cuestión, el propósito de este artículo es construir la historia de la prensa del movimiento por la paz catalán desde sus inicios hasta el presente. Este objetivo de desglosa en tres objetivos secundarios: 1) Elaborar un censo descriptivo exhaustivo de las publicaciones periódicas pacifistas y antimilitaristas; 2) Identificar los temas tratados y 3) Delimitar los subtipos o modalidades de publicaciones.

 

2.    Marco teórico

2.1. El movimiento por la paz

El concepto «movimiento por la paz» es formulado por Prat (2006a) «para intentar unir bajo una misma definición movimiento antimilitarista y pacifista» (Ordás, 2014: 87), puesto que, en las definiciones de pacifismo, antimilitarismo y noviolencia puede existir cierta confusión, al representar «posturas cercanas pero no siempre compatibles» (p. 86). Para Devesa (2015: 24), tras repasar diversas conceptualizaciones, el pacifismo es «la ideología que plantea una oposición, sea total o parcial, al uso de la guerra para resolver conflictos entre Estados». El antimilitarismo es una «militancia complementaria del pacifismo, pero en ningún caso sinonímica», y supone la oposición a la extensión de los «valores castrenses en la vida política y social» (p. 34). Engloba la lucha contra los servicios militares obligatorios y por el derecho a la objeción y la insumisión (Ordás, 2014). En tercer lugar, la noviolencia es «una actitud ante la vida» (Devesa, 2015: 33) que se basa en el rechazo a todo uso de la violencia, haciendo «uso de la desobediencia civil» para plantear «una confrontación con el Estado» (Ordás, 2014: 87).

Para el presente estudio se usa el término «movimiento por la paz» en el sentido que le da Prat: una heterogeneidad de «temáticas tratadas, prioridades, formas de acción, sistemas de funcionamiento, ideas inspiradoras o alternativas planteadas» en torno a unas «aspiraciones comunes como la paz, el desarme, la no-pertenencia de España a la Alianza Atlántica, o el derecho a la objeción de conciencia» (Prat, 2006b: 288). Está formado por organizaciones generadas por el propio movimiento y sus militantes, pero también por organizaciones de otros sectores que le dan apoyo desde fuera, por simpatizantes y por los ciudadanos que participan en sus acciones (Prat, 2006a).

El movimiento por la paz en Cataluña presenta los rasgos de un movimiento social: en él concurren «unos objetivos, un grupo de personas, unas interacciones, un orden establecido al cual enfrentarse y unas vías de participación poco ortodoxas», todo ello encaminado «a cambiar alguna estructura relevante de la sociedad» (Pelàez, 2000: 10). Estas características se mantienen durante el tiempo, pero esto no implica que el movimiento sea homogéneo ni constante a lo largo de las décadas. Fernández Buey (2006) apunta la desconexión entre las diversas etapas de la historia del movimiento por la paz en Cataluña. En este sentido, Garí aporta una distinción clave entre los «antecedentes» (Garí, 2007a: 47), que serían las organizaciones pacifistas y otras manifestaciones antibelicistas hasta la Guerra Civil, y el «movimiento contemporáneo por la paz», que arranca en los años cincuenta (p. 50). Por otro lado, el movimiento se ha desarrollado en Cataluña «en un espacio político, social y cultural con características específicas» (Prat, 2006a: 14-15), fruto, entre otros factores, de la coexistencia con un movimiento nacionalista, con el que comparte algunas tesis y se retroalimenta a la hora de «conectar con la ciudadanía» (Alcalde, 2004: 128).

El movimiento por la paz evolucionó en la segunda mitad del siglo XX hacia el paradigma de los nuevos movimientos sociales: jerarquías mínimas o inexistentes, protagonismo de profesionales y grupos sociales con mejor formación académica, formas novedosas de activismo y articulación alrededor de ejes como la juventud, el género, la raza y la etnia o la lengua, antes que de categorías como la clase social (Lievrouw, 2011). Sin embargo, hay que evitar «lo equívoco de llamar “nuevos” en los años Sesenta [sic] a fenómenos que pueden rastrearse fácilmente desde principios del siglo XX», cuando el pacifismo era asimilable a los movimientos sociales y políticos de esa época (Ordás, 2014: 89).

2.2. Medios radicales

Históricamente, «las tecnologías de la comunicación han desarrollado un rol esencial para los movimientos sociales», por lo que puede decirse que «los movimientos sociales han coevolucionado con los medios» (Caren, Andrews y Lu, 2020: 444). El presente artículo sitúa a la prensa del movimiento por la paz en el paradigma de los medios radicales o de los movimientos sociales. Se trata de una de las múltiples concreciones de la comunicación alternativa, cuya premisa común es el «propósito de transformación del orden social hegemónico» a partir de la crítica a los modelos de los medios de comunicación públicos y privados comerciales (Sáez-Baeza y Barranquero, 2021: 62).

Los movimientos sociales operan en un «ecosistema mediático dinámico [...] que incluye medios mainstream, la amplia categoría de medios “alternativos” y, ahora, la redes sociales» (McCurdy, 2012: 250). La relación entre movimientos sociales y medios de comunicación de masas es de «dependencia mutua», aunque los movimientos son «altamente dependientes de la cobertura de los medios» para ampliar su repercusión (Vliegenthart y Walgrave, 2012: 23). Así, los medios públicos o privados comerciales, dirigidos a audiencias amplias, son adecuados «para la presentación de mensajes constantes y repetitivos» que repercutan en un público masivo (Lievrouw, 2011: 151). Sin embargo, la cobertura de los medios convencionales es a menudo superficial, simplificadora y sensacionalista (Caren, Andrews y Lu, 2020; McCurdy, 2012). Por este motivo, los movimientos sociales han desarrollado sus propios vehículos comunicativos, incluyendo las publicaciones periódicas.

De entrada, la misión de los medios radicales es «proporcionar acceso a los medios a grupos de protesta en los propios términos de esos grupos» (Atton, 2002: 493). De esta manera, tratan de «desafiar los marcos ideológicos dominantes y reemplazarlos con una visión alternativa radical» (Downing, 2001: 15). Así, estos medios son fundamentales para «la construcción de significado y el control de la información, los recursos simbólicos y la representación» (Lievrouw, 2011: 50). A través de su organización desjerarquizada y participativa, los medios radicales critican tanto el producto como los mecanismos de producción de los medios dominantes (Atton, 2002; Sáez-Baeza y Barranquero, 2021). Más allá de estas funciones externas, cumplen propósitos internos al servir para «coordinar la acción, compartir información sobre eventos y desarrollos, construir identidad colectiva y crear una cultura de movimiento más robusta» (Caren, Andrews y Lu, 2020: 445). Y no solamente dentro de cada movimiento particular: Downing resalta la centralidad de los medios radicales en el «diálogo entre los distintos sectores» que luchan contra «las múltiples fuentes de opresión» (Downing, 2001: 19), proceso que sintetiza en el concepto comunicación lateral.

2.3. Periodismo de paz

Un paradigma cercano al objeto de estudio del presente artículo es el periodismo de paz, que constituye un proyecto transformador de los contenidos y las prácticas del periodismo de guerra y sobre conflictos (Arévalo-Salinas, 2020). El término periodismo de paz fue acuñado por el sociólogo noruego Johan Galtung en la década de 1970 (Arroyave y Garcés-Prettel, 2022) y desde entonces se ha desarrollado sobre unas bases claras: orientación al conflicto y a la paz, búsqueda de la verdad y rechazo de la propaganda, foco en las víctimas y los pacificadores civiles, y visibilidad de las iniciativas noviolentas por la paz, la reconciliación y la reconstrucción (Lynch y McGoldrick, 2007). Se trata de un periodismo intencional (Lee, 2020) que rehúye unas pretendidas objetividad y neutralidad para mostrar la realidad de todas las partes implicadas en un conflicto y lograr «la transformación pacífica» del mismo (Galtung, 1998: 1).

El grueso de la investigación y la reflexión sobre periodismo de paz se refiere a medios públicos o privados-comerciales y a entornos de trabajo profesionalizados (Arroyave y Garcés-Prettel, 2022). Keeble indica que existe una «corriente dominante en el periodismo de paz» que se basa excesivamente «en la noción del periodismo como actividad privilegiada y profesional», de modo que excluye otras maneras de ejercerlo, incluyendo el periodismo alternativo y radical (Keeble, 2010: 51). Este autor aboga por reconocer «el rol crucial de los medios no corporativos en el desarrollo del periodismo de paz» (p. 54), posibilitando un canal de expresión no sólo a periodistas, sino a intelectuales, centros de investigación y activistas. Otras aportaciones subrayan las coincidencias entre ambos paradigmas. Para Hackett, tanto el periodismo por la paz como el periodismo alternativo son «paradigmas desafiadores» del periodismo hegemónico, si bien el primero actúa como «intento de reforma» dentro de la industria y el segundo aspira a la creación de un «campo paralelo» (Hackett, 2011: 36). Reconoce al periodismo por la paz como «contrahegemónico, al menos en parte» (p. 44) y subraya que, como el periodismo alternativo, está alimentado por el escepticismo hacia los postulados del periodismo dominante. Otras «profundas complementariedades» entre ambos modelos son el «compromiso con la justicia social» y la voluntad de «ampliar el rango de voces con acceso a la arena pública, especialmente la de los pacificadores» (p. 51). En el ámbito español, un estudio sobre medios alternativos digitales en su mayoría, proyectos profesionalizados, impulsados por periodistas con experiencia más o menos dilatada en medios convencionalesseñala que estos «contienen características propias del periodismo de paz y siguen criterios basados en la investigación contextual y estructural de las problemáticas» (Arévalo, Vilar y Al Najjar, 2018: 28).

3.    Metodología

Este estudio se enmarca en la investigación en historia de la prensa en Cataluña, que dispone de «una tradición investigadora intensa y variada» (Guillamet, 2003: 146). Concretamente, se trata de una aportación desde la hemerografía descriptiva, que en los últimos años se ha visto favorecida por «nuevos criterios metodológicos» y por «el interés de poder disponer de una visión histórica y analítica» que vaya «más allá del simple inventario y descripción» (Guillamet y Mauri, 2015: 8).

Casasús (1985) propone un sistema de hemerografía registral que contempla un registro de identificación y un expediente de identidad para recoger los datos técnicos básicos y los principales elementos que caracterizan la organización y la evolución de los periódicos. Este modelo ha sido actualizado posteriormente (Guillamet y Mauri, 2015). Para el presente estudio nos fijamos también en el modelo de Crexell (1977), que en su catálogo de prensa clandestina catalana entre 1970 y 1977 usa una ficha que, además de datos identificativos básicos, recoge los temas más habituales y la misión u objetivos de las publicaciones. Nuestro modelo de ficha contempla las siguientes variables: Título; Subtítulo; Entidad editora y lugar de edición; Cronología y épocas; Misión y objetivos; Temas más habituales y Notas.

Para delimitar el universo de la investigación se ha realizado una búsqueda en el Catàleg Col·lectiu de les Universitats de Catalunya, que agrupa las bibliotecas universitarias, la Biblioteca de Catalunya y las bibliotecas especializadas. Se parte de las referencias en obras sobre el movimiento por la paz (Devesa, 2015; Montoliu, 2015; Garí; 2016; Prat, 2006a). A partir de estas, se extraen las palabras clave para la búsqueda, que incluyen las combinaciones de ‘revistas’ y ‘prensa’ con ‘paz’, ‘pacifismo’, ‘antimilitarismo’, ‘objeción de conciencia’, ‘insumisos’, ‘desarme’ y ‘noviolencia’. El criterio de inclusión básico es que las publicaciones sean editadas por «grupos, asociaciones, coordinadoras, plataformas» de la sociedad civil que formen parte activa del movimiento por la paz en Cataluña (Prat, 2006a: 14), por lo que se descartan publicaciones pertenecientes a instituciones públicas y también revistas privadas que, si bien simpatizaron con el movimiento y contribuyeron a su extensión, no pertenecían a su núcleo de actividad[i]. La búsqueda no se limita cronológicamente con el objetivo de abarcar desde las cabeceras más antiguas a las más recientes. Aplicados los criterios, el universo se compone de 81 publicaciones. Tras la consulta hemerográfica se genera una ficha para cada una de las cabeceras. Las fichas pueden consultarse íntegramente en un archivo de acceso público[ii].

4.    Resultados

A partir del análisis y la interpretación de los datos recogidos en el trabajo de hemerografía descriptiva se reconstruye la historia de la prensa pacifista y antimilitarista catalana. Así, los resultados se disponen cronológicamente en períodos extraídos de la literatura sobre el movimiento por la paz en Cataluña: primer tercio del siglo XX (9 publicaciones creadas); franquismo (4); los años de la Transición hasta 1986 (27); de la segunda mitad de los ochenta al inicio del siglo XXI (33); y del 2001 hasta nuestros días (8).

Tabla 1. Cabeceras por períodos

Período

Revistas

Primer tercio del siglo XX (9)

Els Amics d’Europa, Biblioteca Nova, Messidor, Prometheus, Butlletí de l’Associació d’Idealistes Pràctics, Guerra a la Guerra! [Comitè Català contra la guerra], Evolució, ¡Abajo la guerra! / ¡Escándalo!, El Quixot

Franquismo (4)

Pax Christi, Per la Pau [clandestina], Pax, Tiana         

De la Transición al referéndum de la OTAN (1986) (27)

Quaderns: la no violencia, Butlletí d’Informació i estudi, AOC Informa, Agenda, La Puça i el General, Butlletí informatiu, Servicio Informativo Justicia y Paz, Informe Equip Internacional, Protesta i Sobreviu, Coordinadora Comitès Anti-OTAN informa, Papers de desarmament i desenvolupament per la pau / Papers, Butlletí [FundiPau], En peu de pau, L’Eriçó, Butlletí DDT, Foravia, Informació, DOAN, butlletí, Pau i Llibertat, Narinant…?, Fulls de pau, Minut a Minut, Papers per dir No, El Servei, Butlletí [Col·lectiu del Raval per la Pau], Kagarrina radioaktiva, Kaos, Mili KK

De la segunda mitad de los ochenta al 2001 (33)

Mocador, Kune, Per la Pau [Sabadell], Txim-pum!, El Voltor Pelut, Corrossió Psicològica, Perifèria, Celobert, Atención, Campi qui pugui, Mili-KK notis, Butlletí [AOC], Parlem-ne, La Pau / Diari de la Pau, El Paccífic, Per la Pau [ACP], Full informatiu, C3A / Materiales de trabajo / Materials de treball, Informatiu per a la insubmissió [Osona], Objectors, Antimili-co, Informatiu per la insubmissió [Sabadell], Ajuda Obrera, Radio Moriles / Montilla ‘n’ Moriles / Moriles, El butlletí de l’Assemblea d’Insubmisos/es de l’Autònoma, El Full, L’Antimilitarista, Noticias del Arca, Coordinadora del Maresme per la Pau i el Desarmament / Dossiers, Conflictologia, Guerra a la Guerra, Info-acampada, Butlletí [Federació Catalana d’ONG per la Pau]

Del 2001 a nuestros días (8)

Paraules per la Pau, Roda de la Pau, La Mosca al Nas, Que corri la veu, Espai per la pau de Sant Boi, Quaderns NoVA, Sobre terreny

Fuente: elaboración propia.

 

4.1. Los pioneros: primer tercio del siglo XX

Pese a que pueden rastrearse manifestaciones desde la Edad Media, en Cataluña el pacifismo en sentido contemporáneo toma forma a principios del siglo XX, de modo tardío y más débil que en otros países occidentales, por lo que hay una «palpable debilidad del pacifismo orgánico» en esos años (Devesa, 2015: 503). Eventos como la Setmana Tràgica suponen la extensión de las ideas de oposición a las guerras entre sectores del catalanismo, el republicanismo y el obrerismo. La prensa de los incipientes colectivos pacifistas catalanes se desarrolla en unas décadas de intensa y accidentada actividad periodística, y puede asimilarse a la prensa política de la época, imprescindible tanto para «la intervención en el debate público» como para «la comunicación con los afiliados o simpatizantes» (Guillamet, 2022: 180). Es durante la Primera Guerra Mundial cuando aparecen las publicaciones periódicas por la paz. La primera, Els Amics d’Europa (1915-1919), fue editada por el Comitè d’Amics de la Unitat Moral d’Europa, un grupo de intelectuales noucentistes que quisieron contribuir a la «“superación” de la guerra» (Comitè d'Amics de la Unitat Moral d'Europa, 1917: 1). Biblioteca Nova (1915-?) reclamó también el fin del conflicto, mientras que Messidor (1918-1921) hizo bandera de la Sociedad de Naciones.

Superada la dictadura de Primo de Rivera, marcada por la alta conflictividad social armada y la militarización, la Segunda República supuso un crecimiento del pacifismo catalán y de su repercusión. Emergieron «lógicas interpretativas propias» sobre la paz y los conflictos, de manera que hubo en Cataluña presencia de varias tendencias pacifistas (Devesa, 2015: 511). Surgieron diversas organizaciones pacifistas, las cuales editaron prensa propia.

La Asociación de Idealistas Prácticos, entidad en que «la difusión de una cultura pacifista» tuvo «un peso sustancial» (Devesa, 2015: 440), publicó Prometheus (1930-1933) y un boletín en catalán (1933-1937). Guerra a la Guerra (1933) fue el órgano del Comitè Català contra la guerra, sucursal del Comité Mondial de Lutte contre la Guerre Imperialiste. La Lliga Catalana per la Pau i la Llibertat conjugó reivindicaciones feministas con el pacifismo en Evolució (1931). El Quixot (1935) fue el portavoz de la Organització per la Pau. Finalmente, el semanario sensacionalista ¡Abajo la guerra!, posteriormente ¡Escándalo! (1933), estaba escrito por un «grupo de escritores libres», quienes consideraban que «la verdadera y única paz sólo puede establecerla el pueblo llano» (¡Abajo la guerra!, 1933: 4).

4.2. Del silencio a la articulación: la dictadura franquista

En los primeros tiempos del franquismo no existieron organizaciones por la paz en Cataluña, dado «el miedo que generaba la feroz represión que ejercía el régimen franquista y la falta de libertades políticas» (Prat, 2007: 33). A partir de los cincuenta el pacifismo empieza a divulgarse a través de «colectivos cristianos de base y progresistas» (Garí, 2016: 290). Este tipo de entidades «disfrutaban de una total legitimidad bajo la estructura eclesial católica», lo que les permitió emprender actuaciones de concienciación y divulgación y, en el tramo final de la dictadura, a impulsar acciones noviolentas (Garí, 2019: 87).

La primera fue Pax Christi (PC), movimiento católico internacional por la paz que llegó al Estado español a principios de los cincuenta, y pionero del pacifismo contemporáneo en Cataluña (Garí, 2019). A través de su Fulla mensual (1961-1967), de carácter interno, se potenció la coordinación y la formación de los miembros y simpatizantes en la tarea de promoción de la paz. En las postrimerías del franquismo, PC lanzó Pax: Revista de debat no-violent (1974-1978), pensada para un público más amplio, entre el cual difundir los valores y la práctica de la no-violencia. Se incrementa asimismo la atención a otras problemáticas sociales, cada vez más evidentes al final de la dictadura.

La noviolencia había llegado a Cataluña de la mano de Els Amics de l’Arca, el primer colectivo «exclusivamente de carácter noviolento» (Garí, 2019: 103). Empezaron con actividades como lecturas, sesiones de yoga y campamentos, y posteriormente se implicaron en la génesis de la objeción de conciencia, dando apoyo al primer objetor por motivos éticos y políticos, Pepe Beúnza, a principios de los setenta. Pese a su tarea de divulgación de los postulados noviolentos, no tuvieron una revista, Noticias del Arca, hasta 1999.

En 1968 se fundó Justícia i Pau (JiP), creada dentro de la Iglesia católica a raíz del Concilio Vaticano II para promover la justicia social mundial y el desarrollo (Garí, 2007b). Inicialmente, sus preocupaciones se centraron en la denuncia de las injusticias y las desigualdades, y posteriormente incrementó «su contribución a la lucha por la paz, la justicia y la solidaridad desde la difusión, la formación y la acción» (Garí, 2019: 52). Promovió diversas revistas, ya en democracia, de las que destacan Servicio informativo (1980-2004) y Papers de desarmament i desenvolupament per a la pau (1983-1998). Por su parte, el Institut Víctor Seix de Polemologia, creado también en 1968, fue la primera institución de impulso civil dedicada a «la investigación, la documentación, la pedagogía y la divulgación» sobre conflictos y paz (Garí, 2016: 174). Su boletín informativo no salió hasta 1980.

Cabe mencionar la existencia de un boletín clandestino, Per la pau (1963), del que sólo se ha hallado un número. Asimismo, durante el tramo final de la dictadura se distribuyeron folletos de temática pacifista, antibelicista y a favor de los primeros objetores de conciencia[iii].

4.3. Fortalecimiento y extensión: de la Transición al referéndum sobre la OTAN (1986)

Entre finales de los setenta y primera mitad de los ochenta, el movimiento fue fraguando un «consenso de trabajo» a través de marcos de coordinación, lo que posibilitó una unidad de acción y la preservación de la heterogeneidad de organizaciones y prácticas, un factor clave para la extensión social de las ideas pacifistas y antimilitaristas (Prat, 2006b: 292, cursivas originales). A estos logros contribuyó el Casal de la Pau, operativo de 1975 a 1994, y que ejerció de «punto de encuentro de pacifistas, antimilitaristas y miembros de movimientos alternativos y solidarios de Barcelona» (Garí, 2019: 53). El movimiento por la paz fue el que «tuvo mayor protagonismo político en Cataluña» en los primeros ochenta, período que puede dividirse en dos fases: la anterior a la entrada de España en la OTAN (1981-1982) y la de preparación de la campaña por el «no» en el referéndum sobre la permanencia (1983-1986) (Prat, 2006a: 61).

La campaña anti-OTAN generó multitud de publicaciones, empezando por el boletín de la Coordinadora de Comitès Anti-OTAN, a la que acompañaron muchas otras de comités locales o sectoriales –Pau i llibertat, Kaos, Protesta i sobreviu, Papers per dir no, Per la pau, Narinant…?, etc. A partir de 1983, los marcos de coordinación fueron la Coordinadora de Catalunya d’Organitzacions Pacifistes (CCOP) y la Coordinadora pel Desarmament i la Desnuclearització Totals (CDDT), de la demarcación de Barcelona, cuyo boletín se editó entre 1984 y 1991. También incidió en la campaña y en el pacifismo en general el boletín de la Fundació per la Pau (1983-2017), la publicación más longeva junto al Servicio Informativo de JiP. Otra publicación destacable es el boletín de Dones Antimilitaristes (DOAN), que ofrecía una perspectiva feminista al pacifismo y el antimilitarismo.

Dos revistas son especialmente reseñables dadas su repercusión y longevidad: La Puça i el General (1979-1990) y En peu de pau/En pie de paz (1984-2001). La primera fue editada por el Grup d’Acció Directa No Violenta Anti-OTAN (GANVA), posteriormente Grup Antimilitarista de Barcelona (GAMBA), activo entre 1978 y 1984. Fue formado por jóvenes «que se sintieron atraídos por la objeción de conciencia y la no-violencia» y «se definió como antimilitarista, antitimperialista y antiautoritario» (Garcia, 2007: 71-72). Para sus objetivos se sirvió de La Puça i el General, lanzada como parte de la campaña contra el ingreso de España en la OTAN. La revista se planteó como «una plataforma» para el movimiento antimilitarista catalán (GANVA, 1979: 3) y se definía como «a contracorriente, para minorías, “underground”» (GANVA, 1982: 3). A partir del número 30 (noviembre de 1982) abrió una nueva etapa, de cobertura estatal y con predominio del castellano en los contenidos. Tras la disolución del GAMBA, la revista continuó editándose por parte de un colectivo homónimo.

Por su parte, para salir a la calle En peu de pau contó con el apoyo de decenas de organizaciones, colectivos por la paz y otros movimientos sociales. En 1986, la publicación abrió una segunda etapa, fruto de la fusión de En peu de Pau y Euroshima, revista pacifista de Aragón, y que pasó a tener una difusión estatal y a escribirse mayormente en castellano. Se lanzó en las semanas previas al referéndum, aunque más allá de este evento quiso recoger «las iniciativas de los movimientos por la paz, el desarme y el desarrollo» (En pie de paz, 1986: 2).

En el ámbito antimilitarista, las acciones de los objetores de principios de los setenta inspiraron el nacimiento de colectivos locales en muchos puntos del Estado, que conformaron el Movimiento de Objetores de Conciencia posteriormente, de Objeción en 1977, que funcionaba de forma descentralizada y asamblearia. En Cataluña surgieron grupos de objetores en las cuatro capitales provinciales y en ciudades medianas y pueblos, que se coordinaban en la Assemblea d’Objectors de Consciència, mientras que en Barcelona funcionaba el Comitè de Llibertat d’Objectors, luego MOC Barcelona (Ordás, 2016b). A la articulación y el mantenimiento de los primeros tiempos del movimiento antimili contribuyeron cabeceras como AOC Informa (1978-1979), Agenda – Butlletí del COLLO (1978-1981) i L’Eriçó (1984). Estas publicaciones informaron de las acciones de protesta y divulgación de los objetores, de los movimientos legales para lograr el reconocimiento de la objeción por motivos políticos, las críticas a la Ley de Objeción de Conciencia (LOC) y al reglamento de la Prestación Social Sustitutoria (PSS) y los debates internos entre distintos sectores, que acabarían desembocando en escisiones (Ordás, 2019).

La campaña anti-OTAN articuló un «amplio y heterogéneo movimiento por la paz», que sirvió para estrechar lazos entre pacifismo y objetores, percibiendo estos últimos un «amplio apoyo popular» a su causa, además de conectar con otros movimientos sociales (Ordás, 2016a: 10). Aunque el «no» se impuso en las urnas en Cataluña (53,7%), la derrota a nivel estatal abrió una nueva fase para el movimiento.

4.4. Reflujo y diversificación: De finales de los ochenta al inicio del siglo XXI

El tramo final de los ochenta es de reflujo, propiciado no solamente por el resultado del referéndum, sino también por la reorientación de la situación política internacional con los acuerdos de desarme y el fin de la Guerra Fría, el declive del pacifismo internacional y las discusiones y fracturas del movimiento en Cataluña. En épocas de disminución de la efervescencia y la movilización, «los activistas deben acentuar todavía más el desarrollo de tareas de tipo cultural, construyendo instrumentos (centros de investigación, revistas, boletines…) que cohesionen internamente al movimiento y transmitan sus ideas al mayor número de ciudadanos posible» (Prat, 2006a: 168). Este es el período donde se editaron más publicaciones, hasta 33, si bien muchas fueron efímeras. 

Los esfuerzos de estudio, divulgación y concienciación tuvieron uno de sus máximos exponentes en la Campanya Contra el Comerç d’Armes (C3A). Fue impulsada por una pluralidad de colectivos, con el soporte logístico de JiP. Su tarea de seguimiento e investigación se difundió, entre otros canales, por el boletín C3A (1992), motivado por la «necesidad» y la «urgencia» de contrarrestar el discurso oficial sobre la fabricación y el comercio de armas (C3A, 1992: 1). En 1999, la C3A se transformó en el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, institución de investigación independiente vinculada a JiP hasta el 2010, lo que supuso el cambio de nombre del boletín, que pasó a llamarse Materiales de trabajo/Materials de treball.

Fue la lucha contra el servicio militar obligatorio la que generó más publicaciones. A finales de 1984, tras la aprobación inicial de la LOC y la PSS, el activismo ‘antimili’ se diversificó. Después de un proceso de debate interno, el MOC optó por la insumisión; en Cataluña su principal revista fue Mocador (1987-1996), más estable y elaborada que los boletines del período anterior. El colectivo Mili-KK surgió de miembros del MOC, del GAMBA y de militantes de partidos de izquierda revolucionaria que abrazaron el antimilitarismo durante la campaña anti-OTAN, y a parte de la lucha contra la mili se dedicó a denunciar las irregularidades y los abusos que sufrían los reclutas (Garcia, 2007; Gisbert, 2007). Esta organización editó boletines y fanzines como Mili-KK (finales de los ochenta), Txim-Pum (1988-?), El Voltor Pelut (1988-?) y Mili-KK notis (1990-?). A finales de los ochenta, un sector libertario se escindió del resto del movimiento objetor e insumiso y fundó el Col·lectiu Antimilitarista Pro-Insubmissió (Ordás, 2019), cuya principal cabecera fue Campi qui pugui (1990-1999). Las tres entidades mantuvieron «ciertas estrategias diferenciadas a la hora de ejercer la desobediencia o trabajar como movimiento social» (Pelàez, 2000: 34), si bien sus publicaciones eran formalmente muy similares. La aparición de nuevas cabeceras se incrementó en los últimos meses de 1988 y los primeros de 1989, coincidiendo con el inicio de la campaña por la insumisión tras la entrada en vigor definitiva de la LOC y la regulación de la PSS. En sus páginas, los colectivos insumisos explicaron las acciones de protesta, la presentación de nuevos insumisos, los juicios y los encarcelamientos durante la campaña, que se alargó hasta el fin del servicio militar obligatorio, decretado en 2001. Por su parte, los partidarios de «una aceptación crítica» de la LOC y de organizar «un servicio social alternativo» fundaron l'Associació d'Objectors de Consciència (Panyella, 2007: 126-127). Su publicación más destacada, Objectors (1992-1997?), difundió el derecho a la objeción e informó de los avances de esta corriente antimilitarista.

El estallido de la Guerra del Golfo (1991) inicia «una nueva fase» del movimiento, en la que las protestas contra las sucesivas guerras coexistieron con campañas de concienciación (Prat, 2007: 36). Entre las publicaciones de esos años sobresale La Pau, promovida por Periodistes per la Pau, colectivo de profesionales que, ante el «intento de secuestro de la opinión pública», editaron un «órgano de expresión alternativo» para dar voz al activismo contra la guerra (Masllorens, 2007: 163). El medio informó del conflicto semanalmente y desapareció en enero de 1992. En el contexto de la Guerra de Irak, a partir de 2003, la asociación Fora de Quadre reeditó la experiencia, rebautizada como Diari de la Pau. Otras cabeceras que aparecieron alrededor de la Guerra del Golfo fueron Parlem-ne i El Paccífic.

4.5. Un nuevo escenario global: 2001 – actualidad

Superados la Guerra Fría y el servicio militar obligatorio, el movimiento por la paz catalán «había modificado gran parte de sus objetivos y también de sus miembros» (Alcalde, 2004: 115). Se incrementaron la atención y el estudio sobre el armamentismo, heredados de la C3A, y se institucionalizaron parcialmente los objetivos del movimiento con la creación del Institut Català Internacional per la Pau (Oliveres, 2016). La movilización más importante en Cataluña fue contra la Guerra de Irak, en 2003, coordinada a través de la Plataforma Aturem la Guerra. 

Este es el periodo en que el movimiento genera menos cabeceras, ocho, mientras que de las de épocas anteriores sólo sobreviven En pie de paz que cierra en julio de 2001, el Servicio Informativo de JiP hasta 2004, el boletín de FundiPau, Materiales de Trabajo y Noticias del Arca. Surgieron algunas revistas enfocadas a la divulgación, como Dossiers (2000-2002?) y Quaderns NoVA (2006-2009?). Una posible explicación a esta escasez es la priorización de las comunicaciones digitales por delante del papel. Las tecnologías digitales y las redes sociales online se han integrado en «la caja de herramientas» comunicativas del activismo (Haunss, 2015: 28) y sus características instantaneidad, ubicuidad, masividad, bajo coste han «reformado drásticamente el ecosistema mediático de los movimientos sociales» (Caren, Andrews y Lu, 2020: 444). En el caso catalán, dos ejemplos son relevantes: Materiales de trabajo, del Centre Delàs, añadió una versión online en 2008 y dejó de editarse en 2016, cuando fue substituido por Working Papers, sólo digital; por su parte, FundiPau puso fin a su boletín en papel en 2017 y lo reformuló en el boletín digital El Correu de la Pau.

La publicación periódica más destacable de este período, por longeva y constante, es Paraules per la Pau, de la Coordinadora Tarragona Patrimoni de la Pau, entidad fundada en 1998 para protestar contra la presencia de buques norteamericanos en el puerto de Tarragona. En el 2001 la Coordinadora inició las concentraciones mensuales Paraules per la Pau, a las que asoció un boletín que difundía la actualidad del colectivo y artículos relacionados con el pacifismo y el antimilitarismo. Se editó hasta la disolución de la Coordinadora, en octubre de 2018.

4.6. Temáticas

Partiendo del análisis del contenido manifiesto de los artículos de las revistas se lleva a cabo un proceso de codificación abierta, estableciendo primero un listado pormenorizado de categorías iniciales, que en posteriores iteraciones se van agrupando en categorías más amplias (Hernández, 2014). Se fijan doce categorías, exhaustivas y mutuamente excluyentes, que delimitan los focos de interés del movimiento por la paz en su prensa.  

Tabla 2. Categorías temáticas

Categoría

Revistas que la tratan (n=81)

Frecuencia (%)

Información de la entidad editora

40

49%

Cuestiones sociales

34

42%

Guerras y conflictos contemporáneos

32

39,5%

Objeción de conciencia e insumisión

31

38%

Armamento y ejército

30

37%

Reflexión y teoría

29

36%

Cultura y educación para la paz

28

34,5%

OTAN

17

21%

Información del movimiento por la paz

16

20%

Políticas y legislaciones

14

17%

Movimientos sociales

9

11%

Cooperación y desarrollo

9

11%

Fuente: elaboración propia.

 

Esta notable diversidad de temas y abordajes reflejan la capacidad del movimiento por la paz catalán, especialmente a partir de la campaña anti-OTAN y el trabajo sostenido sobre la cultura de paz, de integrar otras luchas y cuestiones de actualidad (Montoliu, 2015; Oliveres, 2016; Prat, 2006a). En concreto, las categorías 2 y 11 prueban que se desarrolló la «comunicación lateral» (Downing, 2001) propia de los medios radicales: las organizaciones por la paz incidían, «desde las páginas de sus publicaciones», en el fomento de «la relación con otros movimientos sociales y alternativos» incorporando sus temas de interés (Ordás, 2019: 301).

4.7. Tipos de publicaciones

El análisis de las declaraciones de intenciones presentes en manifiestos y otros discursos metaperiodísticos (Carlson, 2016), los contenidos y los formatos permite establecer cuatro tipos ideales de publicaciones del movimiento por la paz. Estos modelos se concretan a partir de las funciones de información orgánica, divulgación y análisis, información periodística y entretenimiento crítico. En la práctica algunas revistas combinaron más de una, si bien en cada caso hay una función predominante que permite clasificarla en un modelo u otro.

Los portavoces de organizaciones y colectivos son los más habituales: se contabilizan 58. Su principal función es ser «un medio de cohesión y de información entre todos los miembros y simpatizantes» (Pax Christi, 1966: 3), «un utensilio para la actividad de los colectivos y las personas pacifistas» (CDDT, 1986: 2), «medio de comunicación y herramienta de trabajo para todo el personal que se ha enredado en la objeción y el antimilitarismo» (MOC, 1987: 1), etc. Tal como Atton observa en la prensa radical inglesa de los noventa, muchas publicaciones del movimiento por la paz catalán funcionaron «sólo como redes de comunicación para activistas» y «fueron efímeras, existiendo sólo durante el ciclo de vida de una protesta o acción particular» (Atton, 2002: 494). Así ocurrió con la mayoría de las revistas de la campaña anti-OTAN y con algunas publicaciones surgidas de eventos concretos, como Minut a Minut (1986) y Info-acampada (2000).

El movimiento por la paz generó nueve cabeceras que plantearon, investigaron y analizaron sobre la paz, las guerras y el militarismo. Y es que, más allá de la actualidad de los movimientos, los medios radicales también alimentan «la discusión y el debate desde la perspectiva de los movimientos de base» y dan «información para la acción» (Atton, 2002: 496). Este tipo de revista va desde los humildes Papers de Justícia i Pau, destinados a la formación de los activistas, hasta los «trabajos breves, con un lenguaje asequible a la mayoría y desde el rigor universitario» (Vinyamata, 2000: 3-5) de Conflictologia (2000-2001?), pasando por el boletín de la C3A, posteriormente Materiales de trabajo, que terminó constituyendo una importante plataforma de divulgación.

El movimiento objetor e insumiso adoptó el formato del fanzine para algunas de sus publicaciones. Estas publicaciones autoeditadas surgieron vinculadas a la literatura de ciencia-ficción, el cómic y las subculturas juveniles (Duncombe, 1997). Sin embargo, desde principios de los ochenta, en Cataluña los fanzines empezaron a dejar «cada vez más espacio a propuestas ideológicas antiautoritarias» como el antimilitarismo (Aymerich, 1990: 45-47). Se identifican hasta siete fanzines, si bien hubo más publicaciones contra la mili que adoptaron puntualmente algunos de sus rasgos. El propósito de estas revistas puede sintetizarse en la declaración de intenciones de Kagarrina Radioaktiva: «Combatir de un modo irónico temas como el fascismo, la policía, las olimpiadas, el ejército, el estado… en resumen, desgracias de la vida cotidiana» (Joves per la Insubmissió, 1986: 2).

Algunos colectivos de trabajadores de la información implicados en el movimiento por la paz lanzaron proyectos como los ya citados ¡Abajo la guerra! / ¡Escándalo! y La Pau / Diari de la Pau, y Que corri la veu (2003), editado por estudiantes de Ciencias de la Información. Constituyen el ejemplo más claro de hibridación entre periodismo convencional y comunicación alternativa o ciudadana. Los medios periodísticos del movimiento por la paz practicaron lo que Harcup llama «reporterismo opositor», que «se basa en algunos de los principios más preciados del oficio periodístico, pero que incorpora en su práctica una crítica al discurso mayoritario» y que aspira a «ir más allá del comentario y la opinión para descubrir y transmitir nuevas informaciones» (Harcup, 2013: 14), además de ofrecer un acceso más directo y dar un mayor protagonismo a los activistas de los movimientos sociales en los cuales participan los propios periodistas (Atton, 2002). Estas son las publicaciones que más directamente se encuadran en el paradigma del periodismo de paz.   

Finalmente, cuatro cabeceras no han sido clasificadas en ninguna de las cuatro categorías: Tiana (información local, editada por Pax Christi Tiana), Perifèria (recopilación de comunicados y noticias de distintas organizaciones por la paz), Roda de la Pau (poesía y fragmentos de textos sobre la paz) y Per la pau (no asociada a ningún grupo).

5.    Discusión

Con el estudio se determinan dos cuestiones clave: los temas de interés para estas publicaciones y los distintos subtipos de prensa pacifista y antimilitarista. Se detectan 12 categorías temáticas en la prensa pacifista y antimilitarista, lo que da cuenta de la «variedad de temas tratados» por el movimiento (Prat, 2006b: 292) y de su capacidad para imbricar cuestiones relevantes de otros ámbitos en su lucha, materializando la comunicación lateral entre movimientos. Desde las páginas de sus publicaciones, los activistas catalanes por la paz «articularon y difundieron las cuestiones, los análisis y los desafíos» del movimiento (Downing, 2001: 30).

La propuesta temática, la naturaleza de la entidad editora y sus objetivos prioritarios fundamentan la formulación de cuatro subtipos de prensa por la paz: los órganos de expresión, las revistas divulgativas y de formación, las publicaciones periodísticas y los fanzines. Estos modelos concuerdan con lo que afirman Caren, Andrews y Lu (2020) sobre las funciones de los medios de los movimientos sociales: coordinar acciones, compartir información, construir identidad colectiva y mantener una cultura de movimiento, así como extender la movilización y llegar a la opinión pública.

Según la definición más extendida sobre el periodismo de paz (Arroyave y Garcés-Prettel, 2022; Galtung, 1998; Lynch y McGoldrick, 2007), cabría señalar que sólo el tercer tipo de publicación lo practica propiamente, puesto que implica profesionales que conocen y subvierten, en mayor o menor medida los postulados del periodismo convencional sobre conflicto. Sin embargo, siguiendo a Keeble (2010), Hackett (2011) y Arévalo, Vilar y Al Najjar (2018), los cuatro modelos de prensa por la paz pueden encajar en el campo del periodismo por la paz, al presentar visiones contrahegemónicas respecto a la guerra y sus consecuencias y al dar voz a organizaciones, expertos y la sociedad civil. Si se efectúa, pues, un «ensanchamiento radical de la definición de periodismo» (Keeble, 2010: 53), el periodismo de paz sería un paradigma que incluiría, además de los medios mainstream y los informadores profesionales, el amplio abanico de prensa radical orientada al pacifismo, el antimilitarismo y la noviolencia.

6.    Conclusiones

Los medios radicales o de los movimientos sociales a menudo pasan desapercibidos o son poco conocidos debido a que no son «medios mainstream [sic] estereotípicos» (Downing, 2001: 27), por lo que son excluidos u ocupan espacios anecdóticos en las narrativas de la historia de los medios y el periodismo. Este artículo sitúa teóricamente, inventaría y describe la prensa del movimiento por la paz de Cataluña, objeto de estudio inédito pese a la notable cantidad de aportaciones sobre la historia del pacifismo y el antimilitarismo en el país.

La investigación para el presenta artículo aporta, en primer lugar, un censo descriptivo exhaustivo con las 81 publicaciones periódicas de organizaciones y colectivos pacifistas, antimilitaristas y noviolentos. Estos boletines y revistas, editados a lo largo de más de un siglo, se relacionan con las distintas etapas del movimiento, empezando por el período de los antecedentes del pacifismo contemporáneo, hasta las movilizaciones contra las guerras del siglo XXI, pasando por el intenso período anti-OTAN entre finales de los setenta y la primera mitad de los ochenta y por el crecimiento sostenido de la oposición al servicio militar. El censo, consultable públicamente, supone un material de base para futuras indagaciones más específicas.

El estudio, de naturaleza exploratoria y descriptiva, presenta diversas limitaciones. De entrada, la búsqueda se ha circunscrito al Catàleg Col·lectiu de les Universitats de Catalunya, con lo que debería contrastarse, en una segunda fase de la investigación, con los fondos de centros especializados y librerías, para refinar el censo. En relación con la construcción de la identidad del movimiento y los fundamentos de la cultura del movimiento por la paz catalán, deberían emplearse técnicas como el análisis de contenido cualitativo y el análisis crítico del discurso. A su vez, estos métodos posibilitarían el estudio del agenda-building de los medios por la paz y la comparación con los medios públicos y comerciales. Asimismo, las entrevistas semiestructuradas y los grupos focales, tanto a responsables directos de estas cabeceras como a otros activistas por la paz y simpatizantes del movimiento, permitirían conocer las dinámicas organizativas, las percepciones y las prácticas comunicativas de estos colectivos. Todas estas eventuales aportaciones ayudarían a la reflexión sobre el papel de la prensa de los movimientos pacifistas y antimilitaristas en relación con el periodismo de paz.

En definitiva, la edición de prensa por parte de los colectivos y organizaciones de Cataluña que se han movilizado por «la paz, el desarme, la no-pertenencia de España a la Alianza Atlántica, o el derecho a la objeción de conciencia» (Prat, 2006b: 288) ha sido prácticamente constante durante un siglo. Más allá de su función como fuente histórica, constituye un fenómeno con entidad propia, el estudio del cual contribuye a comprender cómo la sociedad civil catalana ha generado sus propios medios para concurrir en la batalla por la opinión pública.

 

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[i] Sin ánimo de exhaustividad, se pueden citar La Revista, La Veu de Catalunya, El Poble Català, Feminal (primer tercio del siglo XX); El Ciervo (franquismo); Mientras tanto, Puta Mili (Transición y años noventa); Pau i treva, Per la Pau, Quaderns de construcció de la pau (inicios del siglo XXI).

[ii] Disponibles en: https://repositori.upf.edu/handle/10230/56802

[iii] El fondo de Josep Fornas en la Biblioteca del Parlament de Catalunya incluye varios de estos documentos.