indexlcomunicación | nº 7 (1) 2017 | Páginas 165-189

E-ISSN: 2174-1859 | ISSN: 2444-3239 | Depósito Legal: M-19965-2015

Recibido el 26_06_2017 | Aceptado el 01_08_2017

Ficción y realidad: análisis comparativo entre campoamargo (en ‘Mar de plástico’) y El Ejido, Almería

Fiction and reality: comparative analysis between Campoamargo (in ‘Mar de plástico’ serie) and El Ejido, Almería

Mario Martínez Garrido | mariomtnz94@gmail.com |

Universidad Rey Juan Carlos

Resumen: El presente trabajo realiza un análisis comparativo entre Campoamargo, municipio ficticio del producto audiovisual Mar de plástico, y la localidad almeriense de El Ejido; está basado en la influencia de la televisión en la sociedad y en la teoría del cultivo, y se enmarca dentro del estudio de minorías étnicas en la ficción televisiva española. La investigación es un estudio de caso vertebrado en cuatro ejes –demografía, integración cultural, delincuencia y conflictividad y actividad laboral del cultivo en invernaderos– encargados de alcanzar un propósito principal: establecer el nivel de similitud entre el retrato social expuesto por la ficción y la realidad social en la que ésta se inspira. Para ello, se realiza, por un lado, el visionado de la serie de televisión y se analiza su contenido; por otro, se acude de manera presencial a la provincia en la que la ficción inserta sus tramas, Almería, donde se llevan a cabo distintas entrevistas a sujetos, quienes debido a su profesión conocen de primera mano la situación del lugar. Tras la ejecución de estos análisis por separado, se establece una comparativa en la que se muestran las principales similitudes y diferencias entre ambas realidades. Palabras clave: teoría del cultivo; identificación; pluralidad cultural; ficción televisiva; Mar de plástico; El Ejido.

Abstract: The following investigation carries out a comparative analysis between Campoamargo, a fictitious village made up for the audiovisual product Mar de Plástico, and the town of El Ejido (Almería). It is based on the influence of the television over the society and the Cultivation Theory, as part of the study of the ethnic minorities of the Spanish televisual fiction. The investigation form a case study composed by four main ideas –demography, cultural integration, delinquency and potential for conflict and working activity on greenhouse crops– with one common objective: to establish the level of similarity between the society shown by the fiction and the real society in which is inspired. In order to do it, on one hand the content of the TV series is watched and analysed, and on the other hand, several interviews are done to local people of Almería, where the TV series take place, whom due to their profession they know the reality of the area first-hand. Finally, after both analysis are done by separate, a comparison is done where the main similarities and differences between both scenarios are shown up. Keywords: Cultivation Theory; Identification; Cultural Diversity; TV fiction; Mar de Plástico, El Ejido.

1. Introducción

La televisión continúa siendo a día de hoy, para la sociedad española, un medio de comunicación que tomamos como referencia a la hora de informarnos y entretenernos. Su poder de influencia es, tanto en el pasado como en la actualidad, una característica inherente que implica la responsabilidad de cumplir con las funciones para la que fue creada y la posible sucesión de consecuencias si sus contenidos no cumplen fielmente su intención de presentar y representar la verdad. Esta reflexión, acompañada de la consolidada ‘teoría del cultivo’, provoca el nacimiento de una investigación que tiene como propósito establecer el nivel de similitud entre una ficción y la realidad en la que se inspira.

La teoría mencionada hay que enmarcarla dentro de una investigación llevada a cabo por George Gerbner y Larry Gross en la década de los años ochenta del pasado siglo en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos. En ella se plantea cómo la televisión cultiva una imagen de la realidad que actúa como agente de socialización en los espectadores, los cuales se diferencian según el tiempo de exposición a este medio. En concreto, este postulado se centra en los efectos televisuales provocados a través de los contenidos de ficción. Gerbner y Gross alertan de las importantes diferencias que se dan entre la composición social y poblacional de la sociedad representada en la ficción televisiva y la sociedad real (Gerbner, Gross, Morgan, Signorielli y Shanahan, 2002; Puebla Martínez y Navarro Sierra, 2016: 94-95), idea que queda conceptualizada en la denominada ‘demografía perversa de la televisión’ (Roda Fernández, 1989).

Para llevar a cabo nuestro análisis comparativo se selecciona, por un lado, el municipio ficticio de Campoamargo, denominación originada a partir de la unión de los núcleos de población almerienses de Campohermoso y Agua Amarga, creado por los guionistas del producto televisivo Mar de plástico (Boomerang Televisión, 2015-2016). Esta serie es un thriller policíaco de suspense ambientado en los invernaderos de la provincia de Almería –en la actualidad– y rodada en este mismo lugar. Desarrolla sus tramas en dicho lugar por primera vez en la pequeña pantalla. La serie cuenta con un amplio reparto compuesto por personajes pertenecientes al cuerpo de policía que llevan a cabo la investigación de los distintos asesinatos que suceden en el lugar y por personajes residentes de la localidad representantes de distintas procedencias y culturas. Para el trabajo se tendrá presente la afirmación que se puede leer al principio de la emisión de cada uno de los episodios que componen el producto analizado: “los hechos y personajes que aparecen en esta serie, así como la localidad de Campoamargo, son totalmente inventados”.

Por otro lado, se escoge la localidad de El Ejido como representante del conjunto provincial al que pertenece. La decisión se toma por distintos motivos: por su potente actividad económica desarrollada en los invernaderos, por ser la tercera población de Almería con mayor número de habitantes, debido a las declaraciones públicas generadas por parte del gobierno local tras el estreno de la ficción, y, principalmente, por los sucesos del año 2000 que le convirtieron en protagonista en los medios de comunicación españoles. Los desencadenantes de estos hechos hay que situarlos en un periodo de dos semanas en el que se producen las muertes de tres españoles a manos de inmigrantes. Seguidamente, grupos de ciudadanos autóctonos comenzaron a llevar a cabo actuaciones violentas con la intención de provocar grandes intimidaciones a la población foránea con el objetivo de que ésta abandonase el lugar. Se produjeron graves peleas que dejaron un gran número de heridos y la destrucción de chabolas e inmuebles en los que residían gran parte de los extranjeros, así como de los lugares habitualmente frecuentados por este colectivo como las principales mezquitas. También sufrieron distintos ataques tanto los medios periodísticos que acudieron a cubrir la noticia como oficinas de asociaciones sin ánimo de lucro que tenían su sede en el municipio y que actuaban ayudando a los inmigrantes de la localidad y alrededores. Los sucesos se saldaron con un total de 64 detenciones, de las cuales 48 eran norteafricanos y 16 ciudadanos españoles. La pasividad policial y las políticas de segregación local llevadas a cabo por el gobierno municipal de ese momento, con el alcalde Juan Antonio Enciso a la cabeza, fueron los principales motivos que llevaron a muchas personas a denunciar la situación (Amnistía Internacional, 2002).

2. Ejes de investigación y metodología

El trabajo se sustenta en un análisis comparativo que, desde el principio, se marca un objetivo principal de carácter general, y que se obtiene una vez extraídas las conclusiones en relación con cuatro ejes de investigación. Este propósito sobre el que gira el estudio es comprobar el nivel de semejanza existente entre el retrato social de Campoamargo, creado por los guionistas de Mar de plástico para ser utilizado como atmósfera en la que enmarcar las tramas de la ficción, y la realidad social de la población de El Ejido en la que se inspira la serie, ambos en materia de inmigración y convivencia de diferentes culturas. Para este objetivo se establece la siguiente hipótesis: existe un nivel de semejanza evidente entre ambas localidades, pero la expuesta en la ficción está basada en estereotipos y prejuicios y por tanto es una versión, en algunos aspectos, distorsionada de la realidad.

Los cuatro ejes sobre los que está articulado el doble estudio atienden a cuatro ámbitos y niveles diferentes de análisis: el primero de ellos está configurado para obtener el nivel de similitud entre la demografía del municipio real y la del ficticio a través de sus personajes; el segundo se fija en el nivel de integración de los inmigrantes y de los gitanos en la población mayoritaria; el tercero es la medición del nivel de conflictividad y delincuencia de los habitantes de la zona; por último, el cuarto es el relacionado con la descripción del ámbito laboral de la actividad económica desarrollada en los invernaderos.

La investigación, enmarcada dentro de un estudio de caso y dividida en dos análisis, toma una metodología diferente para cada uno de ellos. Ambas son de carácter cualitativo. Para el estudio del retrato social de Campoamargo se fija el análisis del contenido de la serie como método de investigación. Para la búsqueda de la realidad social de El Ejido, se opta por entrevistas en profundidad a expertos conocedores del tema en cuestión. A continuación, se presentan los límites que articulan la metodología del trabajo y los argumentos que explican su imposición:

El estudio de la ficción Mar de plástico está basado en el análisis de escenarios, tramas relacionadas con la temática a investigar y los propósitos marcados, y de un total de 43 personajes. Sólo son analizados aquellos individuos que residen en Campoamargo y se toman como variables sus características físicas, psicológicas y sociales. De esta forma, quedan descartados todos aquellos que no viven en el municipio protagonista, los que lo hacen de manera puntual por motivos laborales o personales y los que no se les fija lo suficientemente claro su lugar de residencia.

En cuanto al análisis de El Ejido, se realizan entrevistas a sujetos profesionales con las que se pretende plasmar la visión de distintas organizaciones e individuos que conocen la situación social del lugar y que residen, estudian, trabajan y/o actúan cada día en el objeto a investigar.

Las entrevistas han sido realizadas de manera presencial en el periodo comprendido entre el 29 de enero y el 2 de febrero de 2017 en el municipio de El Ejido y en la ciudad de Almería. Los profesionales entrevistados son un total de ocho y han sido seleccionados teniendo en cuenta principalmente sus conocimientos y experiencia en el tema a tratar, y por el actual cargo o trabajo que realizan, siendo avalados por su trayectoria y la labor que desempeñan en el presente. A continuación, se muestra una breve presentación de los seis profesionales entrevistados en profundidad:

→ Sujeto 1: Manuel Ariza. Jefe del Área de Servicios Sociales y Mujer del Ayuntamiento de El Ejido, perteneciente a la concejalía con el mismo nombre.

→ Sujeto 2: Antonio Hermosa. Redactor y presentador del informativo de mediodía de Canal Sur y Coordinador de Amnistía Internacional en la provincia de Almería.

→ Sujeto 3: Juan Antonio Miralles. Director de Almería Acoge y Presidente de CEPAIM.

→ Sujeto 4: Spitou Mendy. Portavoz de la Unión Territorial de Almería del Sindicato Andaluz de Trabajadores.

→ Sujeto 5: Estefanía Acién. Antropóloga, docente e investigadora de la Universidad de Almería; especialista en temas de género relacionados con la prostitución en el poniente almeriense.

→ Sujeto 6: Anónimo. Individuo de procedencia marroquí que reside en la provincia de Almería desde el año 2000 y que, desde entonces, ha trabajado como jornalero en un gran número de invernaderos.

Para el análisis de la realidad social de El Ejido se complementan los discursos efectuados por estos individuos con dos entrevistas de carácter informal:

→ Sujeto 7: Mohamed Bentrika. Presidente Delegado de Cooperación y Desarrollo con el Norte de África (CODENAF) en la provincia de Almería.

→ Sujeto 8: Pedro Lozano. Director del Instituto Francisco Montoya ubicado en el núcleo de población de Las Norias de Daza, perteneciente al municipio de El Ejido.

Además, se cuenta con estadísticas, estimaciones, informes y con los testimonios de otros miembros de las entidades mencionadas y de ciudadanos de distintas procedencias que viven en la zona analizada, quienes expusieron su discurso de manera espontánea. Todos ellos representan el tejido social, en general, de la provincia de Almería, y, en particular, de la localidad de El Ejido.

3. La influencia de la televisión en la sociedad

La llegada, y posterior consolidación, de Internet redefinió el panorama de la comunicación lanzando un órdago a los media existentes hasta esa fecha, provocando que muchos expertos aseguraran que la televisión llegaría a su fin. Sin embargo, tras más de una década del inicio de esta teoría sobre la decadencia del medio en cuestión, se encuentran, según Emili Prado, dos principales evidencias que desmontan dicha pronosticada realidad futura: la evolución de los conceptos, diferenciando entre el significado de ‘televisor’ y el de ‘televisión’, y los datos del consumo de los españoles de este medio (Prado, 2010).

En relación con la primera, el tiempo actual exige una visión más amplia a la del pasado ya que el consumo audiovisual ha sufrido grandes cambios. Años atrás, el único aparato tecnológico posible para hacer uso de este medio era el televisor. En el presente, podemos hacerlo a través también del ordenador o de un dispositivo portátil –teléfono, tabletas...–, por lo que ahora ver televisión no se reduce a un solo soporte. Además, son muchas las nuevas modalidades de consumo –broadcasting, pay tv, web tv, video on demand…– las cuales ofrecen una multitud de formas y sistemas de ocio televisivo (Álvarez Monzoncillo, 2011).

En cuanto a la segunda evidencia, referente a términos cuantitativos, la importancia de este medio de comunicación es de tal magnitud que es considerado el más consumido y, a su vez, el pasatiempo al que se le dedica más horas al cabo del día. Además, en una estimación de enero de 2016 a noviembre de ese mismo año, se calcula que el 99,8 por ciento de la población de cuatro o más años de edad la había sintonizado. Tan sólo un 0,2 por ciento carece completamente de consumo televisivo. También, es preciso señalar que el 73,4 por ciento del total de televidentes tienen una rutina diaria respecto a esta actividad (Barlovento Comunicación, 2016).

Que existan nuevas formas de ver televisión, que ésta llegue a prácticamente toda la población y que los individuos decidan dedicar una cantidad de tiempo tan relevante a su visualización, convierte a este medio en uno de los más influyentes en la sociedad, lo que hace que sea imprescindible preguntarse cuál es su impacto y de qué forma repercute en la mentalidad de los espectadores. El poder de influencia se acentúa, tal y como plantea la teoría del cultivo, cuando la audiencia, que vive en un mundo dominantemente televisivo, se expone durante un largo periodo de tiempo a este medio de comunicación y consume pocas cantidades de contenidos procedentes de otras fuentes culturales. Para aquellos individuos con este comportamiento, lo plasmado en televisión se convierte en una exclusiva representación de la realidad sin percatarse de lo mucho que, a veces, difiere de ella (Wolf, 2001). Cuando esto ocurre se crea en los espectadores un conocimiento distorsionado sobre la sociedad representada, generándose así la denominada demografía perversa de la televisión (Roda Fernández, 1989).

4. Paralelismo entre la sociedad y la ficción televisiva española

4.1 Identificación y nuevas temáticas

La ficción televisiva en España copa el primer puesto de los géneros con mayor presencia en la programación de nuestras pantallas. El 41,4 por ciento de los contenidos en televisión son de ficción (Barlovento Comunicación, 2017: 27). Estos se enmarcan dentro de la tendencia señalada por Grandío, basándose en estudios sobre la cinematografía de Martin Barker y Thomas Austin (2000) y por Juan José Igartua y Carlos Muñiz (2008) en investigaciones sobre personajes en largometrajes de ficción, de alcanzar el gusto centrado en la afectividad. Esta forma de entender el gusto, denominada liking, se rige por la preferencia de la audiencia por un producto que consiga emocionarte (Grandío, 2009).

Para lograr dicho propósito se establece como estrategia la identificación de los espectadores con los personajes. Las ficciones, sobre todo aquellas con un reparto coral, han ido incluyendo nuevos perfiles encargados de representar los diferentes colectivos específicos de nuestra sociedad. Debido a ello, temáticas como los nuevos modelos de familia, la homosexualidad o el papel de la mujer en el siglo xxi se han visto representados, cada vez con más frecuencia, en estos productos televisivos (Puebla Martínez, Carrillo Pascual e Iñigo Jurado, 2012). Sin embargo, existen otros colectivos, como las minorías religiosas, que no han sido llevadas a la ficción de manera recurrente. Su presencia en series de televisión españolas está relacionada con la superficialidad y los tópicos (Fernández Casadevante y Ramos Pérez, 2012).

La representación de minorías étnicas, por su parte, es una temática muy habitual en productos televisivos de otros países. Un claro ejemplo son las series denominadas ethnicoms, comedias de situación que giran en torno a los hábitos y las costumbres de minorías raciales. En España no tenemos ficciones con este calado social. En este aspecto, la estrategia que se utiliza como recurso en series españolas es la conocida como ‘el pez fuera del agua’, la cual consiste en incorporar al reparto algún personaje que difiera considerablemente del resto en tanto a sus tradiciones y valores como minoría étnica, en contraposición a una mayoría social que representa aspectos llamativos de la cultura nacional (Puebla Martínez, 2012: 25).

4.2 Pluralidad cultural

La llegada al continente europeo de personas procedentes de otros lugares, debido a los crecientes movimientos migratorios de las últimas décadas del siglo xx ha posibilitado la implantación del ‘pluralismo cultural’. España, debido a su situación geográfica y evolución política y económica, recibe en la actualidad nuevos ciudadanos, educados en sistemas diferentes y con valores y tradiciones distintos a los de la mayoría de sus habitantes, lo que lleva consigo la tarea de facilitar su integración (Solé, 2001). Este ejercicio se complica cuando se imponen ante él defensores de un ‘etnocentrismo moderado’ (Aguilera Portales, 2002), o teorías centradas en el ‘choque de civilizaciones’ como principal causante de conflictos en el siglo xxi (Huntington, 2005). La convivencia de diferentes culturas en un mismo espacio, a pesar de la predominancia de una de ellas, y el respeto entre todas son condiciones sine qua non para construir una sociedad multicultural, basada y educada en principios sociales de igualdad y diversidad que supongan un enriquecimiento para todos los ciudadanos residentes de un mundo globalizado (Ameigeiras y Jure, 2006). Para ello, es importante establecer la integración de los grupos étnicos minoritarios como objetivo primordial. Garreta Bochaca (2003: 345) define el concepto de ‘integración sociocultural’ como “un fenómeno multidimensional que comportaría igualdad de oportunidades en el proceso de incorporación en la sociedad de los que sufren situaciones de subordinación y exclusión”.

La televisión como agente socializador y de socialización y, en concreto, la ficción televisiva ha estado protagonizada en el siglo xx por personajes nativos españoles y la prácticamente inexistente presencia de individuos distintos a estos. En su labor de reflejar la realidad, durante el siglo xxi ha tratado de llevar a la pequeña pantalla los cambios que se han producido en la sociedad respecto a esta materia; y se ha llevado a cabo a través de la inclusión de nuevos personajes y tramas no vistos con anterioridad en distintos escenarios y contextos. En el momento en el que este hecho se convirtió en un fenómeno cada vez más recurrente y no en un suceso aislado, fue cuando comenzaron a desarrollarse investigaciones basadas en analizar los contenidos de series, innovadoras en este aspecto, que fueron capaces de generar una representación e imagen de las diferentes minorías étnicas llevadas a la ficción. En este sentido se toman como referencia, principalmente entre otros, los trabajos de Lacalle (2008) y Marcos Ramos (2012), los cuales comparten muchas de sus conclusiones a pesar de abordar años distintos y tener como objetos de estudio diferentes productos televisivos; el primero de ellos analiza las series nacionales del periodo comprendido entre 1998 y 2006 y el segundo, del año 2011. Ambas autoras afirman que existe una infrarrepresentación del colectivo inmigrante en la ficción española, atendiendo cada una de ellas a la demografía de ese momento, y aseguran que la mayoría de los personajes pertenecientes a este grupo son secundarios o episódicos y están construidos en base a estereotipos. Además, alertan del peligro que tiene para la sociedad proyectar continuamente esta imagen de la población extranjera.

5. Análisis y resultados

A continuación, siguiendo los cuatro ejes de investigación propuestos, se expone la comparativa de los análisis extraídos: por un lado, el de la localidad ficticia (Campoamargo), a través de la enumeración de aspectos llamativos tras el visionado del producto audiovisual; por otro lado, el del municipio almeriense seleccionado (El Ejido), a través de un compendio de respuestas destacadas efectuadas por los sujetos entrevistados de manera presencial. Los resultados son expuestos de esta forma con la intención de obtener de inmediato las principales similitudes y diferencias entre ambas poblaciones:

5.1. Demografía

Campoamargo. En el siguiente cuadro se muestra la distribución de los 43 personajes analizados en relación con su lugar de procedencia y el nivel de protagonismo que estos reciben. Cabe destacar que no se han tenido en cuenta para el estudio a los figurantes que aparecen en los diferentes episodios de la ficción, los cuáles, debido a su apariencia física, proceden de diferentes culturas y etnias:

Cuadro 1: Distribución de los personajes analizados en relación con el lugar de procedencia y el nivel de protagonismo.

Se observa en el análisis de la ficción cómo los distintos habitantes de Campoamargo residen distribuidos en diferentes núcleos de población entre los que destacan barrios marginales pobres de subsaharianos y de gitanos compuestos por casas bajas, el centro del municipio habitado en su mayoría por los naturales de la zona y casas unifamiliares dispersas en las que viven las familias con mayor poder adquisitivo de la localidad: la familia Rueda representando a los payos y la familia Requena representando a la comunidad gitana. Ambas, cada una en su nivel, al finalizar la serie asumen dificultades económicas causadas por el declive de sus negocios: la explotación de cultivos en invernaderos, por un lado, y la venta de caballos por el otro.

El Ejido. La población extranjera está compuesta en su mayoría por marroquíes; seguidos de los ciudadanos procedentes de Europa del este, con un importante repunte de los rumanos; después les siguen los de origen subsahariano, principalmente de Guinea Bissau y Senegal; y, por último, la comunidad latina. Cabe señalar la aparición en el último lustro de la población china. Esta enumeración reduccionista trata de reflejar las 110 nacionalidades que coexisten en el poniente almeriense, según Antonio Hermosa, que se basa en informes elaborados por Amnistía Internacional y otras organizaciones similares. Este mismo entrevistado afirma que antes del estallido de la crisis económica en España, entre los años 2007 y 2008, el 35 por ciento de la totalidad de los residentes era población inmigrante. Este dato ha bajado en la actualidad entre 5 y 10 puntos, pero concentrando en núcleos determinados porcentajes mucho más altos como es el caso de Las Norias de Daza en el que la tasa de inmigración llega a alcanzar el 70 por ciento, según fuentes del propio Ayuntamiento de El Ejido. Le siguen Santa María del Águila y San Agustín en los que aproximadamente la mitad de los ciudadanos proceden de otros países. El núcleo de población de El Ejido con menor número de inmigrantes es Almerimar, que a su vez es el que más turistas recibe, los cuales se instalan en los extensos complejos hoteleros existentes y en el que residen los ciudadanos con mayor nivel adquisitivo del municipio, quienes viven en casas unifamiliares y acuden al puerto deportivo o a los campos de golf de los que dispone la localidad en esta zona. La población diseminada se encuentra compuesta por inmigrantes representados en el siguiente perfil: hombre de unos 30 años de edad que se encuentra en España de manera irregular.

Además, existen familias que habitan los conjuntos de chabolas entre invernaderos, más frecuentes en el levante almeriense, en núcleos como Los Nietos, pedanía del municipio de Níjar, y en las afueras de Almería como en la barriada de Ruescas. La presencia de estas construcciones ha aumentado también en los últimos años en El Ejido debido a una ‘tercera mundialización de la inmigración’, es decir, a causa de la llegada masiva de personas procedentes de países pertenecientes al tercer mundo. El sujeto anónimo entrevistado de origen marroquí y otros residentes que mostraron su opinión al respecto de forma espontánea confiesan que las personas que presentan estas características son las que viven en peores condiciones. Ejemplos de ello son la inexistencia de electricidad y agua potable en estas viviendas; el fenómeno de ‘camas calientes’, negocio creado a partir de la concesión de ciertos espacios a personas sin hogar con muy pocos recursos que pagan por pasar la noche bajo un techo; y la práctica del pago de un alquiler, incluso por una chabola, a un individuo que actúa como arrendador y que ofrece a cambio a su arrendatario seguridad para él y su familia.

Los sujetos entrevistados exponen la dificultad de conocer con exactitud el número de personas indocumentadas que residen en el territorio analizado, aunque bien es cierto que las propias asociaciones manejan algunas estimaciones. La demografía del municipio analizado se completa con la población natural de Almería en la que hay que distinguir entre la comunidad gitana y la no perteneciente a dicha etnia. Respecto a la primera, según fuentes del Ayuntamiento se trataría de en torno a 2.500 ciudadanos, los cuales se concentran en determinados barrios. Sus viviendas son pisos localizados en edificios habitados casi en su totalidad por romaníes, como son las 100 viviendas de Pampanico. En cuanto al resto de población autóctona, que supone la mayoría de la localidad a pesar de la existencia de la amalgama de procedencias presentada, es la que predomina en el núcleo con mayor número de habitantes que recibe el mismo nombre que el municipio al que pertenece: El Ejido.

5.2. Nivel de integración de minorías étnicas y convivencia de diferentes culturas

Campoamargo. La ficción muestra cómo la mayoría de las relaciones que se establecen entre personas de distinta etnia son de carácter laboral. Por ello, en el análisis de los personajes se ha tenido en cuenta a quienes comparten diálogos alejados de un contenido profesional que fomenten la pluralidad, el respeto y el entendimiento. Se han encontrado 16 personajes que sí los mantienen frente a 27 que no. Estos resultados numéricos se complementan con otros que muestran cómo 12 personajes presentan tramas amorosas y/o sexuales con individuos de distinta etnia o procedencia. De esta forma se observa cómo las barreras culturales y los prejuicios desaparecen gracias al amor o el sexo. A lo largo de los episodios que componen la serie, el espectador es cómplice de dos grandes historias de amor protagonizadas por parejas mixtas: la formada por una guineana indocumentada, Fara, y un almeriense con creencias y valores neonazis, Lucas; y la integrada por un payo agente de la Guardia Civil, Salva, y Sol, una gitana perteneciente a una familia que comparte valores tradicionales de la comunidad romaní y que trata de convencerla de que acepte un matrimonio previamente pactado con un gitano. Al enamorarse, no sólo dejan a un lado sus pensamientos e ideas contrarias a su pareja, sino que además logran una completa integración al pasar a formar parte del grupo de amigos y de la familia que en un principio rechaza su relación. También aparece otra pareja, la formada por Khaled y Ainhoa, en la cual, debido al asesinato de ella al comienzo de la serie, no se profundiza del todo, pero sí que se deja claro que, en ésta, el amor no rompe ninguna barrera prejuiciosa al no existir desde un primer momento ningún convencionalismo.

Otro tipo de relaciones que se representan son las formadas por Juan y Agneska, y Francisco y Paula, hombres naturales de Almería y mujeres de origen ruso las cuales están sustentadas por el interés y la conveniencia de ambas partes. La unión de estas personas supone la ruptura con otras en las que la mujer es abandonada por su marido tras varios años de matrimonio, motivo que le lleva a desarrollar comportamientos de índole racista en contra de las féminas procedentes de Europa del este. Este hecho se representa en la ficción a través del personaje de Asunción. Las relaciones únicamente sexuales también se muestran en la serie con encuentros de este tipo entre Salva y Paula, o Agneska y Eric.

En cuanto a la pluralidad religiosa, la serie analizada muestra distintas creencias que son adjudicadas a ciertos personajes. La doctrina evangélica es la que recibe una mayor representación. En varias escenas aparece la Iglesia La Paz, como lugar de culto de Campoamargo, a la que acude la comunidad gitana. La ficción muestra un bautizo, el desarrollo de saraos en el interior de dicho templo religioso, un acercamiento a la tradición de la pedida de mano y el orgullo y la lealtad a la familia como valores esenciales. La fe católica tiene cabida a través de un radicalismo protagonizado por una joven que no reside en el municipio analizado y que visita a Fernando en la cárcel durante la segunda temporada para tratar de convencerle de que en la religión encontrará el perdón a todos sus pecados. Estos personajes pronuncian distintos fragmentos de la Biblia, lo cual posibilita una aproximación superficial a dicho texto sagrado; al igual que ocurre con el Corán, el cual aparece vinculado a una trama que investiga un presunto caso de yihadismo. La Iglesia Ortodoxa también hace su aparición en la ficción en el funeral de Agneska.

El Ejido. En el lugar analizado encontramos una dualidad entre la coexistencia y la convivencia de diferentes culturas. Mientras que algunos de los entrevistados consideran que es la coexistencia lo que predomina, otros piensan que muchas de las acciones aplicadas desde las instituciones públicas y las asociaciones han ayudado a alcanzar la convivencia. Según la antropóloga Estefanía Acién, a comienzos de los años 2000 la exclusión hacia los inmigrantes era mucho mayor a la que actualmente existe. El ejemplo que pone para ello es el de la prohibición de entrada a dichos ciudadanos en lugares de ocio de la localidad. A día de hoy, no se mantiene este veto, aunque no son frecuentados por ellos. Cabe señalar que las conductas racistas se desarrollan con más vehemencia hacia determinados colectivos según su procedencia. Uno de los más afectados es el de origen marroquí compuesto por el mayor número de inmigrantes. Mohamed Bentrika denuncia verbalmente dicha realidad y advierte de la islamofobia desarrollada en los últimos meses. Además, considera que “una de las consecuencias inmediatas es el aislamiento de la población musulmana que, junto a una mala imagen proyectada en los medios de comunicación, provocan que se acuda a encontrar el arraigo en el país de origen”, hecho que se ejemplifica en la creciente instalación de antenas parabólicas en aquellas viviendas con televisor que permiten la visualización de las emisiones de cadenas en árabe.

Manuel Ariza, como representante del Ayuntamiento de El Ejido, expresa en su entrevista la importante labor que desempeña en este sentido el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural, financiado por la Fundación La Caixa. Además, el gobierno local trabaja en otras medidas entre las que destaca un plan de remodelación urbanística, pensado para núcleos como Las Norias de Daza, que ha sido implantado con éxito en ciudades de Marruecos como Tetuán y Tánger. Antonio Hermosa, al ser preguntado por acciones que ayuden a alcanzar una mayor integración, considera que “es necesario provocar el conocimiento mutuo a través del fomento de actividades interculturales, lúdicas, extraescolares, encuentros gastronómicos…”. Mientras que en este tema existen variedad de opiniones, en cuanto a la vulneración de ciertos derechos fundamentales frente al respeto de otros existe unanimidad. Los entrevistados aseguran que son el derecho a una vivienda digna y a un trabajo los que se vulneran, frente al derecho a la sanidad y a la educación que están totalmente garantizados a todas las personas sin ningún tipo de discriminación.

Cabe realizar una mención especial al ámbito educativo y a su desarrollo en los centros escolares de El Ejido, en los que comparten clase alumnos de distintas procedencias. Los adolescentes se reparten entre los naturales de la zona y los nacidos fuera de España; los de más corta edad son en su gran mayoría nacidos en Almería pero diferenciados entre hijos de almerienses o de inmigrantes. Pedro Lozano, director del Instituto Francisco Montoya ubicado en el núcleo de Las Norias de Daza, asegura en su entrevista la existencia de un plan conjunto que se aplica a la práctica totalidad de los colegios e institutos de Almería donde la multiculturalidad es la base del modelo. Además, se incentiva a “que sean los jóvenes quienes solucionen los conflictos, actuando los profesionales del centro únicamente en casos de alta gravedad”. Este entrevistado se suma a la opinión generalizada basada en que las escuelas son de los pocos lugares de la zona analizada en los que la convivencia está completamente instalada. Si bien es cierto que después, una vez finalizado el horario escolar, los alumnos acuden a sus hogares y se relacionan casi exclusivamente con población inmigrante procedente de su lugar de nacimiento o el de sus familiares. Aun así, en los colegios se educa inculcando la ruptura de estereotipos y el respeto. Por ello, los residentes con edades tempranas desarrollan un número más bajo de conductas racistas, las cuales están presentes, sobre todo, entre los siguientes colectivos: la población gitana frente a la subsahariana, los marroquíes frente a los subsaharianos, y una parte de la población almeriense hacia distintas procedencias originadas por motivos muy distintos.

El extremo contrario lo expone Estefanía Acién en su entrevista, en la que realiza especial hincapié en que, desde finales del pasado siglo, ante la llegada a la provincia de Almería de personas procedentes de multitud de países, se ha posibilitado la creación de relaciones afectivas entre individuos con distinto origen y cultura. Se han dado así parejas mixtas en las que en su gran mayoría uno de los miembros es nacido en España. Destacan las formadas por subsaharianos y almerienses, y las de mujeres eslavas con naturales del territorio analizado. Hace aproximadamente una década, esta última unión fue muy común en El Ejido. Hombres que habían prosperado económicamente rompían su matrimonio para comenzar una nueva relación. La diferencia de edad y la conveniencia de ambas partes eran características que definían a estas parejas. Según la antropóloga, durante un tiempo “era frecuente ver por las calles cómo paseaban por ellas hombres acompañados de sus parejas en un acto de alardeo ante la mirada atónita de sus anteriores esposas”, que dejándose llevar por el rencor intentaron crear una asociación que promoviese la expulsión de Almería de las mujeres rusas.

En cuanto a la pluralidad religiosa, la diversidad de creencias y confesiones en el municipio analizado ha llevado a la creación por parte del Ayuntamiento de determinadas construcciones como lugares de culto, pero también, al espontáneo desarrollo de la práctica religiosa en viviendas o establecimientos concretos. Según los entrevistados, se pueden distinguir entre los creyentes una serie de perfiles caracterizados por su procedencia y etnia: los católicos son la mayoría de los naturales de la zona y gran parte de la comunidad latina, los musulmanes suelen ser ciudadanos de origen marroquí, los evangélicos se dividen entre un gran número de subsaharianos y de romaníes y, por último, los ortodoxos procedentes en su mayoría de países de Europa del este.

5.3 Nivel de delincuencia y conflictividad

Campoamargo. A continuación, se muestra la distribución de los 43 personajes analizados en relación con su lugar de procedencia y el desarrollo de actividades delictivas clasificadas en dos categorías:

Cuadro 2: Distribución de los personajes analizados en relación con el lugar de procedencia y el desarrollo de actividades delictivas.

De esta forma, se observa en el cuadro que los asesinatos, secuestros y trata de personas son llevados a cabo, en su mayoría, por los naturales de Almería, mientras que de quien se sospecha cuando aún se desconoce quiénes han cometido dichos actos es de la población inmigrante. El ejemplo más claro lo encontramos en el primer capítulo de la serie en el que, tras conocerse la muerte de Ainhoa, un grupo de jóvenes acuden armados con palos y bates a los barrios habitados por ciudadanos extranjeros ocasionando importantes destrozos y agrediendo a sus residentes. Dichas escenas recuerdan en su forma a los sucesos del año 2000 ocurridos en la localidad de El Ejido.

El tráfico de drogas está protagonizado, en la ficción, sobre todo por la comunidad gitana y por individuos procedentes de Europa del Este que no aparecen en el listado de personajes al no residir en la localidad analizada. Los hurtos son enmarcados dentro de la delincuencia callejera llevada a cabo por los jóvenes del municipio. Los enfrentamientos físicos y verbales son utilizados como técnica para evidenciar la tensión y el racismo instalados en Campoamargo. En casi la totalidad de los episodios aparecen escenas en las que se desarrolla alguna pelea o se profieren insultos y amenazas. Una vez analizadas todas ellas, se observa cómo las confrontaciones físicas más graves se dan entre los personajes gitanos y los subsaharianos, entre los payos naturales de Almería y los subsaharianos, y entre los marroquíes y los subsaharianos. Los enfrentamientos verbales más intensos se dan entre los personajes naturales de la zona analizada y el conjunto de inmigrantes extranjeros con independencia de su procedencia u origen, y entre payos y gitanos. Cabe destacar que en la serie también se muestran este tipo de disputas, tanto físicas como verbales, que tienen su explicación en la competencia laboral, como es el caso de los jornaleros subsaharianos y los marroquíes, y los negocios llevados a cabo entre distintos personajes nacidos en Almería, y entre gitanos y hombres nacidos en países de Europa del este. Respecto a estos delitos y episodios de violencia mencionados es importante señalar que en la serie muchos de ellos quedan impunes al no producir consecuencias legales.

El Ejido. Los sujetos entrevistados defienden que los niveles de delincuencia y conflictividad en El Ejido son los mismos que suelen darse en la mayoría de las localidades españolas, es decir, sus niveles no presentan grandes diferencias con los del resto de poblaciones. Es cierto, tal y como señala Manuel Ariza, que “la multiculturalidad existente presenta ciertas distancias y prejuicios entre las personas, lo que provoca que en ocasiones surjan conflictos de gravedad”. Por eso el Ayuntamiento no sólo trabaja en planes de prevención, sino también en el desarrollo de estrategias para su intervención en el caso de que se produzcan. En este sentido, los más graves, y a la vez más frecuentes, son los protagonizados por gitanos y subsaharianos que tienen lugar en barrios con un alto grado de exclusión social. Estos enfrentamientos llegan a saldarse incluso con muertes debido a la utilización de, normalmente, armas blancas. Los motivos que provocan dichas disputas suelen ser el racismo, las deudas y los negocios ilegales de drogas en los que muchos individuos de distintas procedencias están implicados.

En cuanto a la delincuencia callejera la protagonizan los adolescentes, quienes también participan en la actividad de tráfico de sustancias adictivas. Juan Antonio Miralles alerta de la peligrosidad en la zona analizada de un grupo de jóvenes con valores neonazis. Además, como ejemplo cita que hace unas semanas se encontró un grafiti en el que se podía leer “moros no, rusas sí”. Además, Estefanía Acién menciona el acoso sexual que sufren mujeres en espacios públicos y, respecto a los hurtos, señala en su entrevista que hace unos meses hubo una fuerte oleada de robos en viviendas en el núcleo de población de Balerma llevados a cabo por menores de edad de origen rumano.

5.4 Actividad económica y laboral de los invernaderos

Campoamargo. De las profesiones que desempeñan los personajes, nueve están relacionadas con la agricultura de la zona representada a través de tres jornaleros de los cuáles uno de ellos, Khaled, logra en la segunda temporada ser encargado o capataz y finaliza ésta emprendiendo un negocio; dos son empresarios, Juan Rueda, que toma el papel de terrateniente y dueño de casi la totalidad de los invernaderos de Campoamargo, y Pilar que mientras que en la primera temporada carece de profesión en la segunda decide invertir dinero en la construcción de nuevos cultivos; dos personajes son manipuladores de alimentos que trabajan en el interior de las fábricas y almacenes; Eric, personaje de origen ruso, como capataz o encargado durante la primera tanda de capítulos; y el personaje de Marta que desempeña funciones como ingeniera agrónoma. Además, aparece una gran cantidad de figurantes, quienes, sin ser objeto de análisis, se han tenido en cuenta para alcanzar una definición de dicha actividad. Los resultados más destacables que se obtienen son los siguientes: los jornaleros son hombres inmigrantes entre los que predomina el colectivo subsahariano y el marroquí; el manipulado de alimentos en los almacenes lo llevan a cabo tanto mujeres inmigrantes, de diferentes procedencias, como autóctonas o naturales de la zona; los encargados o capataces son hombres que comenzaron siendo jornaleros y que debido a su productividad laboral llegan a alcanzar ese puesto; y, por último, que la actividad de los empresarios dedicados a la agricultura está monopolizada. En este mismo sentido, a lo largo de los episodios se hace referencia a una serie de cuestiones como las que se señalan a continuación:

Muchos de los jornaleros, entre ellos Khaled y Teodoro, y algunas de las mujeres que trabajan en los almacenes, como Fara, se encuentran residiendo en España como indocumentados y han dejado a sus familias en su país de origen con el propósito de buscar una vida mejor. A la espera de regularizar su situación, desempeñan trabajos de los que obtienen unos salarios muy bajos y hacen horas extras mal pagadas hasta altas horas de la madrugada. En uno de los capítulos de la primera temporada, Eric llega a uno de los ‘puntos calientes’ en los que los inmigrantes acuden con frecuencia para que algún responsable de los invernaderos pase a recogerlos, y ofrece una jornada a siete hombres a los que se les pagará por ella 20 euros a cada uno. Ante esta cantidad económica algunos de los individuos protestan argumentando que con anterioridad cobraban 30 euros por día. Eric les amenaza con que si no aceptan ahora ese salario se lo bajará a 10 euros. Finalmente, Khaled junto a otros hombres, de los que se intuye por sus características físicas que proceden de la África subsahariana, aceptan, mientras que un grupo de marroquíes, entre los que se encuentra Ibrahim, se quedan ese día sin poder trabajar.

El Ejido. En relación con el cultivo en invernaderos, todos los sujetos entrevistados exponen claramente que supone la principal actividad económica de, en general, la provincia de Almería y, en particular, de la localidad de El Ejido. Este tipo de construcciones artificiales comenzaron a desarrollarse en la última década del siglo xx con un increíble crecimiento debido al éxito de la venta de sus alimentos dentro del territorio nacional. Los niveles de ingresos más altos coincidieron con la época de crisis española en la que se dispararon debido a la exportación de los productos a países europeos. Aunque dicha actividad debemos de enmarcarla dentro del sector primario, al tratarse de agricultura, la logística que la sustenta es similar a la que soporta el funcionamiento de las industrias más importantes del sector secundario. Esta afirmación viene acompañada de la gran aportación que este campo de trabajo realiza al conjunto del Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía. Los perfiles más comunes que ocupan las funciones generadas por los diferentes puestos de trabajo de los distintos momentos del proceso de dicha actividad, y las condiciones laborales de estos son los siguientes:

Los propietarios de las explotaciones agrícolas son, en su mayoría, pequeños y medianos agricultores naturales de Almería; también existe otro perfil que representa la figura del terrateniente que se ha visto recompensado económicamente tras la inversión de la compra de un gran número de propiedades y la posterior revalorización de sus terrenos. Aun así, es preciso señalar que los grandes beneficiados en esta actividad son los intermediarios entre estos autónomos y los mercados, y que en los últimos años se han construido invernaderos muy diferentes a los que estaban acostumbrados en la tierra almeriense con el uso de otros materiales y la implantación de nuevas tecnologías. Detrás de dichas construcciones están grandes empresarios extranjeros.

Spitou Mendy, representando al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en Almería, y el sujeto anónimo nos ofrecen en sus entrevistas una detallada descripción del trabajo que realizan los jornaleros. Ambos aseguran que casi la totalidad de los trabajadores que desempeñan funciones bajo los invernaderos son inmigrantes, y sobre todo hombres, aunque existen también mujeres. En ocasiones muy puntuales, algunos jóvenes almerienses, con un nivel académico superior al de sus progenitores y debido a la situación de crisis económica del país y al desempleo laboral en muchos sectores, han trabajado durante un corto periodo de tiempo en los cultivos agrícolas. En cambio, la figura del encargado presenta normalmente el perfil de varón natural de Almería, aunque debido al gran rendimiento y conocimiento desarrollados por algunos individuos foráneos en concreto, ciertos agricultores han decidido apostar por ellos elevando la responsabilidad de sus funciones. Aquellos, un número muy bajo pero existente, son seleccionados, además de por las aptitudes mostradas, por la posibilidad de obtener información más cercana sobre miembros de la plantilla que no desempeñan bien sus funciones o son conflictivos. Este último aspecto es muy relevante ya que, aunque los enfrentamientos entre marroquíes, subsaharianos y rumanos no suelen desarrollarse durante la jornada laboral, en el caso de que se produjeran no sólo el propietario tomaría medidas al respecto sino también los dueños de los demás invernaderos a quienes se les notificaría lo ocurrido. Los implicados tendrían desde ese momento muy complicado volver a trabajar.

El levantamiento de las construcciones también lo llevan a cabo los propios jornaleros a los que se les promete trabajo en ellas una vez que hayan sido construidas. Pero, en el momento en el que dichos terrenos han quedado pequeños o no son rentables, a pesar de la existencia de una ley que obliga a su desmantelamiento, este no se produce. Por eso es frecuente entre el paisaje almeriense la presencia de invernaderos abandonados.

En cuanto a las características físicas que presentan los jornaleros son las óptimas para el desarrollo de esta actividad, que se produce en condiciones climáticas severas debido a las elevadas temperaturas y la concentración de calor. Además de estas, sus características intelectuales son también muy destacables ya que poseen sobre todo conocimientos científicos y matemáticos y presentan una gran facilidad para aprender idiomas, llegando incluso a conocer cinco lenguas como en el caso del jornalero entrevistado de origen marroquí. Por tanto, nos encontramos ante personas muy capacitadas pero que debido a su necesidad económica aceptan remuneraciones muy bajas.

El portavoz sindicalista expone al respecto que son pocos los contratos en los que se respete el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y muchos los convenios o acuerdos en los que se paga entre tres y cuatro euros la hora. Las jornadas son de ocho horas con descansos que no sobrepasan los 30 minutos para el almuerzo o la comida, los cuales, no siempre se respetan. El SAT respalda a estos trabajadores interponiendo denuncias. El sujeto anónimo, respecto a las distintas irregularidades, explica que se producen por el aprovechamiento de los responsables de los invernaderos ante la desesperación de la población inmigrante por trabajar, con el propósito de recaudar dinero para enviar a la familia que vive en su país de origen y/o mantener a la que ha formado en España. Sobre las denuncias realizadas aporta que conoce a compañeros que han desafiado a la red de agricultores pero que sus procedimientos han quedado en el olvido, y acerca de las inspecciones de trabajo asegura que “ya apenas se dan, pero hace años nos avisaban a los jornaleros de que no acudiésemos a los invernaderos ese día”. Sobre la posibilidad de huelgas laborales en las que protesten por sus derechos opina que estas no se realizan por miedo y confiesa que entre los propios inmigrantes existen diferencias y muchos presentan conductas racistas, lo cual dificulta la unión del colectivo. Spitou Mendy reivindica en su entrevista el trabajo de los jornaleros y afirma que ellos son “el auténtico motor fundamental de la actividad agraria”.

Otros trabajos relacionados con este tipo de agricultura son los que se llevan a cabo en los almacenes entre los que destaca el manipulado de alimentos llevado a cabo, en su inmensa mayoría, por mujeres inmigrantes de distintas procedencias junto a naturales de Almería. Además, existen trabajos reservados a individuos con características muy concretas con un nivel elevado de estudios encargados de velar por la calidad de los alimentos y el acondicionado necesario para generar las condiciones óptimas para que ésta pueda darse.

5.5 Otras apreciaciones y resultados de los análisis

Por último, se exponen una serie de aportaciones que son necesarias para alcanzar el propósito principal del trabajo en el que se establecerá el nivel de similitud entre el retrato social que ofrece el producto televisivo y la realidad social de El Ejido, que, debido a su contenido, no encajan en ninguno de los ejes de investigación que vertebran el estudio:

Campoamargo. En la ficción se encuentran representadas otras profesiones no vinculadas a la actividad económica de los invernaderos entre las que destacan el cuerpo de policía, al cual, por un lado, se le vinculan tramas relacionadas con la corrupción y el fraude y al que, por otro lado, pertenece el personaje de Lola, una gitana que es adoptada por Luis y Lourdes cuando era adolescente tras decidir por voluntad propia abandonar su hogar al no soportar los malos tratos que su padre, Antonio, profiere a su madre, Manuela; también están representados los negocios de hostelería a los que en ocasiones se les prohíbe la entrada a inmigrantes; y el desempeño de tareas domésticas llevadas a cabo por amas de casa como Lourdes o asistentas del hogar como Salima. A la gran parte de los personajes femeninos procedentes de Europa del este se les vincula con el ejercicio de la prostitución, tanto en el establecimiento Kasandra, club de alterne de Campoamargo, como en servicios sexuales ofertados en la calle. También se presentan a mujeres como Agneska, Paula e Irina que en un pasado ejercieron la prostitución pero que en la actualidad carecen de profesión y son mantenidas con el dinero de sus respectivas parejas.

Otro de los aspectos importantes que merecen ser señalados es la considerable presencia de gitanos, serbios y latinos que, sin ser objeto de nuestro análisis, cumplen condena en el centro penitenciario Almería 2 en la segunda temporada de la serie.

En otra línea distinta, destaca una gran cantidad de comentarios efectuados por los personajes de raza gitana y por la población inmigrante que expresan verbalmente su descontento hacia la sociedad española y la ausencia de lugares a los que puedan acudir a denunciar irregularidades aquellas personas indocumentadas. En este mismo sentido, algunas de las tramas de la serie representan cómo a través de un matrimonio o un contrato laboral se puede obtener la nacionalidad española.

Por último, en el visionado y posterior análisis de Mar de plástico se ha advertido el nombramiento de distintas localidades de la provincia de Almería como Níjar o Roquetas del Mar, entre otras, lo que hacen ubicar geográficamente al municipio ficticio de Campoamargo en un lugar cercano a ellos. Sin embargo, en ningún momento se menciona El Ejido.

El Ejido. Aparte de los trabajos vinculados con la actividad económica de los invernaderos, existen otras profesiones que destacan en el municipio analizado y que desempeñan personas que comparten una serie de características. En la hostelería suelen ocupar los puestos la población autóctona y la comunidad latina; los comercios están regentados en su mayoría por los naturales de la zona; en la construcción, que sufrió una fuerte bajada en los últimos años, pero actualmente ha repuntado, desempeñan trabajos hombres de diversas procedencias; y los trabajos domésticos los llevan a cabo con frecuencia mujeres inmigrantes entre las que destaca las originarias de América latina y Europa del este.

Además, Estefanía Acién, investigadora especialista en temas de género y prostitución, nos presenta en su entrevista el desarrollo de dicha actividad laboral en El Ejido. Desde un primer momento, remarca la importancia de diferenciar entre los servicios sexuales que se ofrecen en establecimientos habilitados para ello, como Club 112, y los que se dan en espacios públicos. Los primeros son llevados a cabo por mujeres eslavas y latinas, y tienen como clientes a hombres almerienses, mientras que los segundos son desempeñados por mujeres de origen africano y entre su clientela destacan los inmigrantes. Estos perfiles son los más presentes, pero en ambos casos no son los únicos. En ellos, el precio por servicio y las condiciones en las que éste se desarrolla varían considerablemente. Aquellos que se realizan en negocios legales, como el arriba indicado, oscilan entre los 50 y 70 euros por servicio en condiciones óptimas. En cambio, la prostitución ilegal se desarrolla de manera oculta en viviendas o en las propias concentraciones de chabolas a un precio muy bajo y en condiciones poco higiénicas, provocando así la adquisición de enfermedades de transmisión sexual. Cabe señalar que la antropóloga entrevistada no niega la existencia de tráfico de mujeres y de la figura del proxeneta, pero aclara que parte de las mujeres que ejercen la prostitución lo hacen de forma voluntaria como vía para reunir una importante cantidad de dinero con la que volver a su país de procedencia, o bien, para que su familia pueda venir a España y juntos comenzar una nueva vida.

También es importante dedicar un espacio para recalcar la labor que realizan las entidades que han participado en el estudio encargadas de velar por los derechos, la integración, el respeto y la convivencia de todos los ciudadanos. Sus representantes entrevistados señalan que la manera que tienen para darse a conocer, sobre todo en aquellas personas que llevan viviendo en España poco tiempo y que aún no conocen bien la zona ni el idioma, es a través de un trabajo cercano en el que su mejor difusión es la técnica del boca a boca.

Sobre los sucesos de El Ejido, ocurridos hace 17 años, Estefanía Acién relata en su entrevista las consecuencias que a día de hoy se sufren resumidas en las siguientes palabras que ella misma reproduce: “una profunda herida que no sana”. Además, hace referencia a los “fuertes estigmas que continúan presentes tanto hacia la población inmigrante como a la autóctona”. El portavoz sindicalista de origen senegalés, Spitou Mendy, refiriéndose a la población inmigrante, señala que “en Almería no nos perdonan ser lo que somos”. Juan Antonio Miralles y Antonio Hermosa, como representantes de sus respectivas asociaciones, mencionan el rencor hacia los medios de comunicación y a las instituciones públicas que prometieron soluciones que nunca llegaron, y aseguran que acontecimientos similares pueden darse en el futuro ya que existen en la actualidad concentraciones completamente aisladas acusadas de un importante grado de exclusión social.

Respecto al producto televisivo analizado, la serie Mar de plástico, Manuel Ariza confiesa en su entrevista que Boomerang Televisión facilitó al Ayuntamiento de El Ejido los guiones durante el proceso de preproducción, y que estos fueron modificados varias veces hasta llegar a un entendimiento entre ambas entidades, ya que en un principio existían referencias a dicho municipio que finalmente fueron eliminadas. La mayoría de los residentes preguntados por su opinión sobre la ficción respondieron que antes de su estreno se generaron grandes expectativas entre la población almeriense las cuales se vieron truncadas una vez que ésta fue emitida. Los motivos que señalan son la creación de personajes en base a estereotipos y la apropiación de los escenarios, muchos de ellos ubicados en El Ejido, por parte de individuos que representan a otros que en la realidad no los ocupan. Los que continuaron consumiendo el thriller destacan positivamente el tratamiento de la imagen, la calidad estética y la intriga generada por la trama ficticia de asesinatos que les llevaron a ser fieles en su seguimiento como espectadores.

6. Conclusiones

El análisis comparativo ha demostrado cómo no existe correlación entre el producto televisivo analizado, a través de sus personajes y el nivel de protagonismo que estos reciben, y los ciudadanos residentes de El Ejido. En Mar de plástico el colectivo marroquí está completamente infrarrepresentado, a través de tan sólo dos personajes episódicos, siendo en la realidad el lugar de procedencia de la inmensa mayoría de la población foránea, mientras que los inmigrantes subsaharianos y los originarios de países pertenecientes a Europa del este estarían sobrerrepresentados, teniendo en cuenta términos cuantitativos. Si se establece el punto de mira en los aspectos cualitativos, todos ellos estarían fuertemente estereotipados. En cuanto a la población autóctona, se encuentran diferencias entre los romaníes y los no pertenecientes a la etnia gitana. Mientras que los primeros están no sólo sobrerrepresentados sino también mal representados, si se tiene en cuenta sus rutinas de vida y hogares, los segundos serían los más fieles a la verdad encontrando ciertos personajes con los que algunos espectadores de Almería podrían sentirse representados, aunque otros individuos de la ficción también habrían sido construidos en base a etiquetas y estigmas. Se observa cómo, aunque el producto audiovisual no refleja un alto nivel de integración, en El Ejido, y en los municipios cercanos a él, existe una acentuada exclusión social a pesar de la evolución de la sociedad almeriense en este aspecto y de la total convivencia en algunos ámbitos como el educativo. Además, en relación con la presencia de distintas creencias religiosas y culturas, cabe destacar que la ficción muestra algunas con más vehemencia que otras obteniendo como resultado una aproximación superficial de ellas.

El municipio ficticio expone un nivel de delincuencia y conflictividad mayor al de la localidad seleccionada como representante de la provincia de Almería. La explicación a esta conclusión es la siguiente: las tramas y sucesos ocurridos en Mar de plástico están más vinculados al género policiaco al que pertenece la ficción que a tratar de ser una representación de la realidad. Aun así, algunos conflictos se desarrollan de manera fiel destacando como ejemplo el producido entre la población subsahariana y la gitana. También se ha encontrado cierto parecido entre la actividad económica laboral del cultivo en invernaderos desarrollada en Campoamargo y la que se produce en las grandes extensiones de Almería. Pero es importante destacar el exagerado tratamiento que reciben algunos de sus componentes en la ficción en beneficio de sus tramas.

Retomando la hipótesis principal, la cual exponía que el retrato social creado por la serie de Antena 3 y el tejido social de El Ejido guardaban similitudes –pero basándose el primero en prejuicios y estereotipos–, por todo lo analizado, podemos decir que dicha afirmación se confirma. Si bien es cierto que, al mismo tiempo, se obtiene una distorsión de la realidad en la que está inspirada, al omitir ciertos aspectos y generalidades, mientras que se exaltan o se otorga protagonismo a excepciones y particularidades, que, si bien existen, no dejan de ser hechos aislados en el momento actual. De esta manera, este estudio de caso es un ejemplo de la ‘demografía perversa de la televisión’ propuesta por Roda Fernández, concepto del que partía el trabajo. Los resultados encontrados al efectuar la comparación alertan del peligro para la sociedad española que ha consumido dicho producto televisivo en tanto a la imagen que a ésta se le ha generado del territorio almeriense y de los habitantes que viven en él.

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Para citar este artículo:

Martínez Garrido, M. (2017): ‘Ficción y realidad: análisis comparativo entre Campoamargo (en Mar de plástico) y El Ejido, Almería’, en index.comunicación, 7(1), 165-189.